Quintueles acudió ayer, puntuales, a su tradicional cita con la romería asturiana. Los vecinos de la parroquia maliayesa cumplieron, como es ya costumbre, en el día grande de San Bartolomé, con el tradicional desfile de carrozas en el que, si bien la meteorología no acompañó en las primeras horas del día, ello no impidió que se alcanzara una notable participación como en ejercicios precedentes. "Catorce carrozas, pese a que este año la fiesta cayó entre semana", se felicitaban desde la comisión de festejos presidida por Carmen Amor.

Entre los vehículos que encabezaban el desfile, con salida en el barrio de San Clemente, hubo temáticas para todos los gustos: desde los aficionados a las motos antiguas, a las de carácter más autóctono como el puente romano Cangas de Onís o un chiringuito de romería, junto a un grupo de temática también asturiana, con todas las mujeres ataviadas con el traje típico mariñán. Pero los vencedores absolutos en esta edición fueron los vecinos del barrio de Cerredo, que desfilaron ataviados como los marineros tradicionales.

Como en ediciones anteriores el desfile estuvo regado con todo tipo de viandas -casadielles, bollos preñaos, empanadas, tortillas...- y sidra. La cita reúne a niños, jóvenes y mayores con un mismo objetivo, pasárselo bien. Tras el aperitivo sobre ruedas, los parroquianos se sumaron a la misa solemne convocada en honor al santo, en la que se procedió a la bendición del ramu con los panes. A la salida del oficio religioso se subastaron siete lotes de productos autóctonos.

Cinco horas después del inicio del desfile, los integrantes de las catorce carrozas se citaron en el prau de la fiesta para compartir una animada sesión vermú en la que, aunque el sol no acompañó, los participantes pusieron todo de su parte para continuar con una tradición de sus mayores que se prolonga desde que Gelu Morán junto con Tano Ordieres pusieran en marcha el desfile allá por el año1978. Muchos de los que se reúnen ahora son amigos que aprovechan el descanso estival para sumarse a esta cita de gran arraigo en la parroquia maliayesa.

"Es una tradición muy guapa que no queremos perder", sostienen los organizadores. Todas las carrozas que participan tienen que ser de temática asturiana y sus integrantes han de ir vestidos con el traje típico mariñán. Cuando comenzaron únicamente salían dos o tres vehículos, hasta el momento actual en el que suman ya cerca de 15 carrozas.