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Razones para sobrevivir a un amor de verano

"Da igual que dure quince días o quince años, el vínculo puede ser igual de intenso independientemente de lo que se prolongue la relación", explica la sexóloga Sara Rodríguez

"Nunca, nunca, nunca más sentiré tanta emoción como cuando a ti te conocí y el verano nos unió", cantaba el Dúo Dinámico en una balada dedicada precisamente a uno de los amores más idílicos; los de verano. Quién no recuerda "Dirty Dancing", o "Grease", ese choque emocional, mitificado en la figura estereotipada del chico malo y la niña buena. En opinión de el psicólogo Marino Pérez y para la sexóloga Sara Rodriguez, la mejor época del año para enamorarse, "sin ninguna duda". Sara Rodríguez cuenta cómo lo vemos en las películas, en las revistas y, al final, idealizamos este tipo de amores. "La gente también suele habitualmente relatar con emoción esa historia sobre su primer amor de verano. Ese chico o chica con el que pasó un mes de verano increíble en la playa y, al final, todos queremos algo parecido", asegura la sexóloga.

Pero, ¿por qué son tan especiales los amores de verano? ¿es por el sol? ¿por la playa? ¿el tiempo libre? Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Médica de Graz (Austria) asocia estos casos a motivos biológicos. La vitamina que se genera en un 90% por la exposición al sol, la llamada Melanina, activa la secreción de testosterona lo que, a su vez, da rienda suelta a la libido. Esa luz solar , que ilumina y da calor en verano, y las altas temperaturas -cuando las hay- elevan los niveles de oxitocina, dopamina, prolactina y noradrenalina, hormonas que se relacionan con la sensación de bienestar, nos llenan de energía, nos impulsan a ser más sociables y despiertan el ferviente deseo sexual.

"Los amores de verano no nacen por el verano en sí, sino por todas y cada una de las circunstancias que envuelven al verano", aclara Sara Rodríguez. La sexóloga explica cómo es precisamente pasada la época veraniega cuando aumenta el número de personas que acuden a su consulta en busca de ayuda. La frase más escuchada: he conocido a una chico/a y no sé cómo vamos a llevar la distancia.

"El inicio de una relación de verano siempre es dorado. Pero en realidad esas personas no se conocen de verdad porque tú no eres la misma persona que en el resto del año y la otra persona no lo es tampoco", trata de puntualizar Rodríguez.

Por ello, a pesar de la intensidad del amor que se ha podido vivir, ese amor en esta época del año, no deja de ser un amor idealizado al extremo. "Uno piensa qué hubiera pasado si viviera en el mismo lugar que ese amor de verano y qué hubiera pasado si no se hubieran separado... Al final uno se queda con el recuerdo idealizado y pensando que era la persona perfecta", explica la sexóloga, dejando claro que las relaciones de este tipo dejan una profunda huella en la mente.

Sara Rodríguez cuenta cómo, a pesar de la idealización, o quizá precisamente por ello, la intensidad del amor vivido y el dolor ante la despedida puede igualarse, en algunos casos, al de una relación más profunda y de mayor duración: "Da igual quince días que quince años porque, el tiempo da lo mismo porque, según la persona, el sentimiento puede ser absolutamente el mismo que en una circunstancia diversa".

El psicólogo Marino Pérez, en este sentido, no coincide en absoluto con la sexóloga y considera que los amores de verano solo son un reflejo de las expectativas veraniegas que cada uno se haya formado previamente. "Las personas tratan de condensar todas las experiencias posibles en los quince días o el mes que tienen de descanso, porque durante el invierno no tendrían forma de llevarlas a cabo", afirma Pérez.

En el caso del amor, desde el punto de vista del psicólogo ocurre algo parecido y las personas que buscan un romance de verano, tratan de condensar todo lo que se vive en una relación de años en un periodo de tiempo muy breve, posiblemente demasiado. "Al final, esas personas están enamoradas de lo que han escuchado que es un amor de verano y no de la persona real con la que están", cuenta Marino Pérez.

¿Surgen más nuevas parejas en verano o hay más rupturas? Según las estadísticas, el número de rupturas y divorcios siempre tiene un pico marcado a final de la temporada estival.

Para el psicólogo Marino Pérez el verano ofrece facilidades para conseguir pareja, pero también puede favorecer romper con ella. "Durante el verano una pareja tiene la oportunidad de pasar más tiempo junta, sin la máscara de la rutina y por ello, aumenta el riesgo de ruptura. La pareja también puede sentirse limitada e imaginarse las oportunidades que tendría si no viajara en pareja, con el mismo final: la ruptura", subraya.

Pero no todo es trágico, Pérez también explica cómo, en las parejas de hecho, esta época del año también puede representar una oportunidad para arreglar las diferencias que durante el año no pudieron solucionar al poder dedicarse ahora, en vacaciones, más tiempo el uno al otro.

Y, como todo, las formas de hacer las cosas cambian. Hace unos años se encontraba a la media naranja del verano en la pandilla del pueblo o lugar de vacaciones, en aquella discoteca de juventud o en la playa. Pero, hoy, gracias a las nuevas tecnologías, todo resulta mucho más fácil. "Ahora una aplicación te puede decir quién están en la misma situación que tú y a qué distancia esta. Facilita mucho el acercamiento", comenta la sexóloga Sara Rodríguez, quien también asegura que los amores de verano no son sólo para gente joven. "Lo que ocurre es que menos gente joven tiene pareja y las personas más adultas suelen buscar relaciones más estables. Pero, no depende de la edad, sino de las circunstancias de uno mismo", concluye Rodríguez sobre el contexto en el que se enmarcan los romances que surgen en esta época del año.

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