El Regimiento de Infantería de Ribadesella volvió a disparar ayer sus fusiles 209 años después de su constitución para defender la región de los ataques de las tropas napoleónicas. El acto formó parte de las recreaciones del primer Festival Histórico impulsado por el Ayuntamiento de Ribadesella que hoy continúa en la villa marinera con el objetivo de dar a conocer los momentos más relevantes registrados en el municipio desde la Prehistoria hasta la Modernidad.

La Asociación de Recreación Histórico Cultural de Asturias (ARHCA) fue la encargada de dar vida al Regimiento, que tuvo una fuerza teórica de mil hombres y que en sus inicios estuvo dirigido por el coronel Juan de Dios Bernaldo de Quirós y Navia Arango. Decenas de curiosos se concentraron junto al muelle riosellano para contemplar la salva, a la que siguió una charla informativa. "Tenemos indumentaria e instrumental de la época que llaman mucho la atención", explicó el miembro de la ARCHA Antonio Fernández, que hizo hincapié en la importancia de tener rigor histórico a la hora de poner en marcha este tipo de representaciones, cada vez más en auge. La de la ARHCA no fue la única actividad del festival riosellano, en el que hubo exposiciones, conciertos, teatro, mercados y talleres para niños y mayores. Más de una veintena de visitantes participaron en la ruta que el guía local Emilio Ureta ofreció por los seis paneles de Antonio Mingote, repartidos por ubicaciones como la plaza del Ayuntamiento, la plaza Nueva, la de la Iglesia y el paseo Princesa Letizia. El de la Prehistoria, con el estandarte de Tito Bustillo, fue el que más acaparó la atención de turistas como la madrileña Silvia Quintanilla. "Intentamos acceder a la cueva rupestre pero no quedaban entradas así que esta visita nos sirvió para resolver dudas como que las pinturas no fueron echas con sangre, pues la materia orgánica no se conserva tantos años. Repetiremos", dijo.

Niños como Lola González o Antón Álvarez también pudieron sumergirse en la historia riosellana a través de talleres en los que ejercieron de pequeños arqueólogos desenterrando objetos. "Es una forma muy divertida de conocer el pasado. Nos encantó la actividad en la que pintamos con pajitas simulando que eran huesos de pájaro. Nuestros ancestros eran sabios", resaltaron. A pocos metros, en la travesía Segundo Ruisánchez la vecina de Lastres María Margolles cosía y reparaba a mano redes de cerco para asombro de visitantes como el navarro Javier Hernández. "Es un aliciente más para salir a pasear por Ribadesella. El Festival es bonito y entretenido", contó. Para Hernández uno de los mayores atractivos del evento fueron las recreaciones de duelos civiles y de caballeros llevadas a cabo por la asociación La Guardia de Oviedo. "Los de caballeros son más técnicos porque como llevas cota de malla tienes que buscar bien hueco por donde atacar", explicó el especialista Pablo Alonso mientras mostraba un escudo de los señores de Ribadesella, los Álvarez de las Asturias. Mientras, su compañera Miren Amaya se afanaba en cocinar recetas del siglo XIII recuperadas de libros facsímiles para deleite del público.