Había llegado el 1 de julio, un día que muchos asturianos tenían marcado en rojo en la agenda no por el inicio de las vacaciones, sino por la cita que tuvo lugar en teatro de la Laboral. El grupo "Texas" actuaba en Gijón veinticinco años después, y nadie quería perderse la ocasión de volver a escuchar en directo algunos de los temas que son banda sonora de una generación. Este concierto se enmarca en una gira para presentar su último trabajo, "Jump on Board" (2017), pero nadie dudaba de que los grandes momentos de la noche llegarían con los clásicos de los años noventa.

La entrada en el teatro desconcertó a más de uno. Prácticamente nadie esperaba telonero, y menos aún que éste fuera un Dj. haciendo música electrónica; se trataba de "Kvasir", que creó una atmósfera bizarra en el auditorio. Los asistentes fueron tomando sus asientos y aplaudieron con más educación que entusiasmo los cortes de "Kvasir"; también se armaron de paciencia para esperar durante veinte minutos el inicio del concierto, pero cuando Sharleen Spiteri y los suyos pisaron el escenario la emoción se desató y todo estaba perdonado. Los aplausos se prolongaron entre canción y canción a lo largo de toda la noche, como si el público hubiera estado conteniendo este reconocimiento durante un cuarto de siglo.

La verdad es que fue un conciertazo en todos los sentidos. El sonido excelente, la banda impecable y la comunicación entre público y artista perfecta. "Texas" vino con todo para dar empaque a sus canciones; no escatimaron en medios y dispusieron incluso dos teclados que dieron una sonoridad plena a las canciones. Es música para escuchar más que para bailar: tiempos medios, patrones firmes y sin adornos en la batería, canciones bien estructuradas con estrofas que conducen fácilmente hacia los estribillos, y al frente de todo esto la poderosa voz de Spiteri, que a sus cincuenta años sigue manteniendo una gran versatilidad y su característico timbre para dar vida a las melodías. La cantante se quedó incluso en solitario sobre el escenario para encarar alguna balada sentada al piano, y en la recta final echó el resto en notas tenidas y giros vocales propios del blues. Hubo momentos para invitar al público a cantar, como en la canción "Everyday now", y guiños a ritmos de funk en "Let´s work it out".

La mayoría de los grandes éxitos quedaron para el cierre del concierto. "Summer Son" sorprendió al poco de arrancar el recital, pero la tanda de "Lover", "Black Eyed Boy" y "Say What You Want" cerraron el repertorio antes de los bises. El final fue ya en clave de fiesta; la entrega era total y, visto lo del domingo, nos atrevemos a afirmar que "Texas" siempre tendrá buena acogida en esta tierra, especialmente en las generaciones en torno a la cincuentena, el perfil de público que predominaba. Sin duda la música de los escoceses despertó recuerdos y nostalgia entre muchos de los presentes que crecieron con este grupo.