Quien se adentra en el mundo de las motos clásicas no tiene escapatoria. Lo aseguran los participantes de la "Scooter Liada", la concentración de Vespas y Lambrettas que partió ayer de Salinas (Castrillón) y que recorrió la comarca avilesina. Elegir entre unas u otras es misión imposible. Fran Rivas, uno de los participantes, lo aclara con una reflexión contundente: "Yo no puedo elegir. Es una competencia eterna, pero siempre lo explico de la siguiente manera: esto es como Alejandro Sanz, con el corazón partido, así que me reparto entre las dos".

Más de medio centenar de motos recorrieron 60 kilómetros, haciendo parada para tomar el vermú en Soto del Barco, y para comer en Pillarno. "Hoy toca Lambretta", decía Paula Cernuda, vecina de Avilés. "Suelo venir en Vespa pero tocaba sacar esta a pasear, hay que aprovechar que hoy nos queda cerca", añadía. Cernuda estrenó ayer su Lambretta de 1964. Esta se suma a la colección familiar, que poco a poco va en aumento. "Un compañero de mi marido conoció gente que tenía Vespa y nosotros llevamos cuatro años con la afición. Tenemos una Vespa de 1985, y como esto es un vicio, también cogimos un escarabajo de 1975", explicó.

Como ella, otros muchos aprovecharon la cercanía de Salinas para acudir a la quedada en grupo. Es el caso de Daniel Pazos, que se trasladó hasta Castrillón con la asociación de Muros y San Esteban de la que forma parte. "Somos 36 pero hoy solo hemos podido venir 14", contó. "Dentro del club abunda mucho la Vespa, hoy han venido solo dos Lambrettas", añadió. Y es que parte de las motos que poseen los miembros de este club se encuentran actualmente expuestas en Muros.

Para exposición y para viajar, estos dos modelos de scooter valen para todo, y si no que se lo digan a Lucy Arias, que se trasladó desde Galicia para asistir a la concentración. "Conocíamos a los organizadores de aquí porque ellos vinieron a nuestra concentración, así que nosotros venimos a la suya. Personalmente me encanta Asturias. Ayer visite Avilés por primera vez y me encantó. Lo pasamos muy bien cuando salimos y espero que hoy lo pasemos como mínimo igual de bien", apuntó.

Otro que disfruta al máximo de la vida scooterista es Fran Rivas, de Lorenzana, Galicia, que aprovecha los fines de semana para acudir a concentraciones tanto en Galicia como en Asturias. Su afición por las motos clásicas va más allá de un mero hobby. "Me gustan mucho las motos antiguas, tanto que formo parte de dos grupos: VespaFaba & Clásicos Lorenzana y VespaLugo equipo de rescate, que lo llamamos así porque rescatamos y restauramos Vespas y Lambrettas. Tengo tres vespas, una de ellas con sidecar, y una Lambretta", relató ataviado con su chaleco, lleno de parches "de mis amigos", como él se refiere hablando otras asociaciones. "Al final lo importante es que todos tenemos algo en común; las scooters", sentenció.