El sello asturiano Júcar públicó los primeros libros del salmantino José Luis Muñoz (1987). Fue uno de los escritores que participó en la edición inaugural de la "Semana negra". Es uno de los referentes de la novela de género en España y tiene reciente "El viaje infinito" (Bohodón Ediciones), que presentó ayer en el festival gijonés.

"Es mi quincuagésimo libro y uno de los más personales y, también, un homenaje a la literatura y al viaje de la vida, o a la literatura como viaje", explicó el escritor. Y prosa de agradecimiento, además, a uno de los autores más admirados por Muñoz: el inmarchitable Robert Louis Stevenson. "Es más, no descarto una novela en la que el protagonista sea Stevenson, así que tendré que viajer a los mares del Sur", dijo.

Y otro veterano, Juan Bolea (1959), gaditano avecindado en Zaragoza e impulsor del Festival Aragón Negro. Tiene reciente "Sangre de liebre" (Alrevés), un nuevo caso del detective Florián Falomir. La otra sabuesa de Bolea es la inspectora Martina de Santo. Falomir fue espía y agente del CNI español, pero ha abierto una agencia de detectives en la capital maña. El caso pone el foco en Los Monegros, en la historia de un millonario y su yerno.

"Profundiza en la soledad de dos hombres brillantes", señaló Bolea, para quien la "verdad absoluta" no es posible en una auténtica novela negra. Y añadió: "La trama de 'Sangre de liebre" puede parecer convencional, pero no lo son los personajes; ahí sí creo que he innovado".