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Maneras de vivir y pintar

El Museo Barjola estrena 60 obras de diez artistas asturianos de "gran fuerza"

Por la izquierda, Maite Centol, Jorge Nava, Breza Cecchini, Assaf Iglesias, Juan Fernández y Alberto Ámez, ayer en el Museo Barjola, en la inauguración de la exposición "Pintura en las venas". ÁNGEL GONZÁLEZ

Geometrías, puntillismo, retratos, paisajes… La disparidad del plantel de obras que componen la exposición “Pintura en las Venas” resulta, precisamente, uno de los rasgos que más caracterizan a esta selección de lienzos hecha por el artista Juan Fernández Álava. La criba del mencionado comisario podrá ser disfrutada por el público en el Museo Barjola, calle Trinidad, hasta el 27 de septiembre. En ella se reúnen un total de sesenta pinturas de diez importantes artistas asturianos.

Miguel Galano, Alberto Ámez, Assaf Iglesias, Chechu Álava, el difunto Armando Suárez, Breza Cecchini, Maite Centol, Paco Fernández, Jorge Nava y el propio Fernández Álava se reúnen en las paradas del museo a través de sus obras bajo el denominador común “del alma, del instinto”.

Ese leit motiv, unido a la subjetividad de Fernández, constituye el eje que ensambla a artistas tan opuestos en el tiempo y en la forma, artistas que incluso en algún caso afirman no conocerse. Irrumpiendo en los talleres de sus colegas y amigos seleccionó algunas obras, mientras que para otras agradece la colaboración de coleccionistas privados, aunque todas se convirtieron en las eligidas por pulsión y capricho propio. Cuenta haberlas escogido por ver en ellas “un nexo sobre cómo vivir la pintura que no se detiene en el pincel y en la tela, sino que más bien es una manera de mirar y estar”.

Contento y agradecido, explicó a los asistentes a la inaguración que “no se necesita conocer a los artistas para ver un algo que trasciende, que conmueve”. A la cita también acudieron Pablo León Gasalla, director general de Patrimonio Cultural; Alberto Ferrao, concejal de Educación y Cultura; y la directora del museo, Lydia Santamarina. Esta última, y León Gasalla, coincideron en reivindicar la importancia de exposiciones como esta para la “vuelta a la normalidad de la cultura” en un verano tan inusual como el presente. Santamarina destacó, además, el esfuerzo de todos los participantes y el comisariado ante las dificultades adversas de organización que causó el confinamiento.

Por la “fiesta pictórica” de Fernández Álava también se pasaron algunos de los artistas que la protagonizaban, Assaf Iglesias entre ellos. El ovetense cruzó su camino con el de Juan al compartir premio en la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias en el año 2005, y cedió a la exposición una serie rebosante de delicadeza. Junto a su particular puntillismo cuelgan las geometrías de Maite Centol, que pese al “poco apoyo y representación” de los artistas asturianos, describió a un gremio autóctono de “gran fuerza y grandes creadores”.

La ausencia de otros se suplió con la fuerza de sus obras, como ocurre con los retratos femeninos de Chechu Álava, recién llegados del Thyssen, o la paleta de grises de Miguel Galano. Distintas maneras de pintar y mirar que se unen en el Barjola y rebosan dos cosas fundamentales: asturianía y fuerza pictórica.

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