En condiciones normales, el día del socio se hubiera celebrado ayer en el barrio de La Luz con una arrozada de fraternidad, abrazos y alegría, pero este calamitoso 2020 ha querido que se hiciera en fila de a uno y a dos metros de distancia. "Que la asociación de vecinos no haya cancelado este evento es un detalle que se agradece mucho", aplaudió Consuelo Álvarez, vecina del barrio desde hace 58 años.

Los miembros de la asociación de vecinos de La Luz pudieron pasar ayer por el Centro Municipal de Asociaciones para recoger una bolsa con dos bollos preñaos, una botella de vino y una participación para la lotería de Navidad. Había preparados 650 bollos para los cerca de 600 asociados, de los cuales fueron a recoger el pack alrededor de 300. La cantidad sobrante fue donada. "Pensábamos que vendría menos gente dadas las circunstancias", aseguró Manolo Miranda, presidente de la asociación vecinal del barrio.

La organización fue meticulosa en materia sanitaria. Todo el mundo llevó su mascarilla puesta, la entrada y la salida del local estuvieron debidamente señalizadas, el distanciamiento social de la fila -de sentido único- estaba milimétricamente marcado con cinta en el suelo y había carteles informativos por doquier. Al objeto de animar el cotarro, los socios recogieron su piscolabis al ritmo del 'rock and roll' que sonaba por el altavoz que la asociación colocó en la sala para "crear ambiente".

La gran mayoría de los comentarios vertidos durante la entrega de los bollos y el vino fueron para alabar la gestión de los organizadores. "Están haciendo mucho por el barrio", apuntó Rosa Muñoz, vecina de la calle Hernán Cortés. "Soy vecino de toda la vida y solo puedo decir que este es un barrio envidiable", recalcó José Manuel Robles. "Miran mucho por los socios y organizan actividades para todas las edades. Son muy competentes", valoró Juan Nicieza, vecino de La Luz desde hace 14 años. "Dado el momento sanitario en que estamos hay que adaptarse, y eso es lo que ha hecho la asociación", finalizó.

Por su parte, el grupo de voluntarios de la asociación de vecinos que se encargó de repartir las bolsas, también tuvo buenas palabras para los vecinos del barrio. "Estamos muy contentos porque todo el mundo está respetando las medidas de seguridad que hemos puesto", celebró Ana Suárez, una de las integrantes del séquito. "Por lo que parece, la gente está muy contenta", señaló Eva Pascual, otra de las socias. "Es muy reconfortante ver a la gente contenta", señaló Rolando Viña, vecino y colaborador de la asociación.

La cuota que pagan los socios es de 12 euros anuales. Con ella se benefician de actividades como ésta, además de un regalo de 50 céntimos para participar en el número que juegue la asociación vecinal en la lotería de Navidad. Al margen de esa cantidad cada socio puede jugar lo que considere oportuno. "Tenemos que adelantarnos a las grandes multinacionales", bromeó Manolo Miranda, el presidente de la asociación.

Cabe destacar que los elogios que los vecinos regalan a los responsables de la asociación vecinal no son en vano. Los administradores organizan actividades durante todo el año para todas las edades. Entre ellas destacan todo tipo de charlas, una escuela de consumo, grupos de lectura en centros de mayores, un club de lectura, talleres de lenguaje de signos o recogida de propuestas para la mejora del barrio, entre otras.