A la sombra de la Catedral, si saliese el sol, se puede descubrir que Oviedo sabe a bonito del norte, pero también a desarme o carne gobernada. O eso es lo que plantean los participantes de la ruta gastronómica "Saborea Oviedo", cuarenta establecimientos de la capital asturiana que nos invitan a destaparnos la boca -momentáneamente- para probar cada una de sus tapas durante este inusual mes de agosto.

Cuarenta creaciones diferentes que tienen como nexo común los productos y la cocina local, un paseo que, hablando de tapas, nos lleva naturalmente por el casco antiguo, Manuel Pedregal o la Avenida de Galicia. Zonas en las que, en muchos de los bares y restaurantes, encontramos el cartel que advierte de la posibilidad de disfrutar de las pequeñas -y no tan pequeñas- creaciones de los cocineros ovetenses, por un precio único de cuatro euros. "Un buen precio para el consumidor", sentencia Fran Pérez, tras la barra del Salazogue en la calle San Antonio, mientras se afana a colocar con mimo los elementos deshidratados de su brioche de carne gobernada sobre un plato de piedra. El cocinero justifica su elección recordando que la carne gobernada es uno de los platos ovetenses por excelencia. "Se llama así por el 'buen gobierno'", que hace referencia al largo tiempo que pasaba la carne sobre la cocina de carbón. "Nosotros no la podemos cocinar así, pero se hace durante seis horas", explica mientras muestra el resultado de su creación. Otros se alejan del minimalismo para ofrecer platos más sencillos, como la ración de picadillo con huevo de codorniz que se sirve en la terraza interior de la Gran Taberna, en la Calle del Águila.

Pero la norma es la fusión de tradición y modernidad, cuyo máximo exponente puede que sea la tapa ofertada en la Leyenda del Gallo bajo el nombre "Desarmando Oviedo". Haciendo evidente referencia al Desarme, en el local de la calle Altamirano, lo que ofertan es un buñuelo líquido con hummus de garbanzos y espinaca.

Y como la premisa era el producto local, "y estamos en temporada", recuerdan Luis Blasco y Tania Rodriguez, en La Dicha (Manuel Pedregal, 11), que, como en el Llar de la Catedral, se han decantado por el bonito del norte, acompañado por un helado de tomate. Una tapa que definen como "fresca", ahora que el tiempo "acompaña, o debería hacerlo", ironiza Blasco.