El dominicano Wilkin Aquiles se alzó ayer en Nava como rey del escanciado. Lo hizo, además, con una puntuación de récord: un 130,50 puntos. Sus seis culinos rozaron la perfección en el XXXIV Concurso Internacional de Escanciadores: obtuvo un 10 en tres de ellos y un 9,80 en los otros tres. Los números sorprendieron al propio bicampeón, pues, según aseguró tras su victoria, “los rivales eran muy fuertes”. Además, confesó, “venía con muchos nervios a Nava, porque es una plaza muy complicada, que todos aspiramos a lograr, por ser la más emblemática”.
Aquiles, que pertenece a la sidrería La Avenida, en Gijón, valoró el avance hacia la normalidad de los concursos, después de que la pasada edición se celebrara en un recinto cerrado y sin público. También afirmó que seguirá participando en los campeonatos de escanciado, porque le apasiona la sidra. “Disfruto escanciando y siempre estoy tratando de mejorar. Además, la gente me motiva mucho para que siga con esta práctica y, por eso, siempre me exijo tratar de superar los récords”, comentó el dominicano.
El concurso de ayer, que es puntuable para el campeonato regional, puso el broche final al XLIV Festival de la Sidra de Nava. Fueron 22 participantes que pelaron con el brazo en alto por el título ante una plaza poco concurrida de público y retransmitida también por internet.
A Wilkin Aquiles le siguió otro “veterano” de los certámenes: el poleso Jonathan Trabanco, de la sidrería Los Portales de Jaminón, de Pola de Siero, con una puntuación de 127,30. El tercer puesto fue para el guineano tetracampeón de Asturias Salvador Ondó, de la sidrería El Mallu (Gijón) con 126.60 puntos. Detrás quedaron, por este orden, Marcos Ramos, de la sidrería La Ballera, en Villaviciosa; Rubén Campa, de La Bolera, en Llanera; y Magdalena Sangrouber, de Nava. Ella fue por tercer año consecutivo la mejor escanciadora local, que se presentó como independiente –es decir, sin representar a ningún establecimiento hostelero–.
Uno de los 22 participantes en el concurso fue Juan Cañal, alcalde del concejo, que aprovechó su turno para dedicar un culín a la Fiesta de la Sidra y a todos los navetos. El jurado estuvo formado por los expertos en escanciado Nicolás Expósito, campeón de 1995; la naveta Laura Ovín, campeona de 2000; Abraham Castellanos, de la sidrería Fonte Villoria de Lugones; Saúl Moro, subcampeón de 2002; y Loreto García, campeona de 2009, como maestra de ceremonias. Ellos fueron los encargados de valorar el estilo de los escanciadores, que sumado a la puntuación del tiempo de escanciado y a la de los seis culinos, conforman la puntuación total.
