Las últimas tendencias en paisajismo conjugan el estilo de los jardines mediterráneos con los ingleses y se decantan por mantener superficies muy limpias, aderezadas por pequeños bosques. La delicadeza de las rosas Queen Mary se alía con la fortaleza que aportan las rocallas y el especial perfume de los jazmines.

El arquitecto Evan Galen, de Nueva York, uno de los preferidos por los elegantes de la ciudad aconseja establecer siempre un punto focal. Es decir, si se van a ponerse hortensias en un rincón, no plantar nada más y no agregar diferentes tipos de césped para evitar el efecto de «emparchado».

Los muebles son necesarios, pero no deben cobrar demasiado protagonismo. En todo caso, hay que colocarlos de un mismo estilo, sin mezclar materiales y calidades. Si lo que se pretende es que el lugar parezca más grande, al elegir las plantas, merece la pena optar por las que tienen hojas pequeñas y azuladas. También hay que crear un primer plano y un segundo plano con las plantas y los árboles. Eso hará que la vista recorra el jardín de atrás para adelante, como si existiese mucho más espacio.

Los olivos, naranjos y limoneros siguen de moda. En Asturias crean un bonito efecto de contraste con el verde de las praderas. Otro sencillo truco para jardines pequeños consiste en instalar una puerta en una de las paredes, que no conduzca a ninguna parte. También puede colocarse un espejo para duplicar el paisaje con un efecto óptico. Así un pequeño jardín parecerá mucho más amplio. Los árboles en miniatura son otra de las posibilidades. Existen empresas especializadas en la venta de plantas enanas. La ventaja es que si la superficie de césped no es muy amplia pueden colocarse en macetas o contenedores, ya que crecen sin problemas. Por ejemplo, un limonero de Lisboa, que es un árbol que crece en forma vigorosa.