Para recoger hay que sembrar y a eso se dedican estos días muchos agricultores y aficionados a la horticultura en Asturias. Es tiempo de siembra y de planificar los cultivos para lograr un verano provechoso y llenar neveras y despensas. Ante la duda, nada mejor que fijarse en la oferta de plantones y semillas que hay en las tiendas. En muchas ocasiones tienen a la venta lo que mejor se da en la redonda y, si hay suerte, incluso plantones criados en invernaderos propios, lo que garantiza que ya están adaptados al clima asturiano. Otra buena opción es surtirse en los puestos al aire libre de los mercados, donde aparte de vender productos del campo de temporada también se pueden adquirir las plantas que toca cultivar por la época.

A tener en cuenta, como siempre, el tiempo. Este año es un hecho de que todo se ha adelantado (basta pasarse por una frutería y encontrar ya desde hace varios días ciruelas, nectarinas o paraguayos, más bien habituales de junio) y, por tanto, también la hora de plantar. Los guisantes llevan ya meses dando alegrías a los pequeños agricultores y los últimos se están ahora recolectando. Los calabacines han empezado a dar flores en aquellas huertas donde los valientes se animaron a plantarlos semanas atrás, cuando lo preferible suele ser a partir de mayo. Por no hablar de los tomates, a la venta los plantones desde hace semanas, más bien para los que cuentan con invernaderos o cubiertas. Difíciles de lograr en Asturias por los estragos que hacen la niebla y el orbayo en las tomateras, de seguir el tiempo así y plantar ahora puede que en un par de meses como mucho se obtengan ya las primeras piezas. Fréjoles (amarillos, verdes y pequeños), pimientos (en las múltiples variedades que ahora hay), berenjenas, cebollas y ajos puerros también piden a gritos instalarse en la huerta. Muchas de las hortalizas de verano convivirán un tiempo con las de invierno y primavera. Brócoli, repollo, coliflor o coles de Bruselas aún crecen, al igual que acelgas y espinacas, aunque son más bien de tiempo fresco y se corre el riesgo de que al final espiguen sin dar el fruto en condiciones. Es cada vez más frecuente encontrar a la venta plantas de melón y sandía, aunque mejor probar con unas pocas por aquello de que en Asturias el sol y calor que necesitan ambas frutas no están siempre asegurados.

Pero nunca se sabe. Cada maestrillo tiene su librillo. Como siempre, lo mejor es fiarse de los conocimientos e intuición propios, probar y no entristecerse si se fracasa. La meteorología es caprichosa y el campo, cada vez más una lotería.

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