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Un camino entre pucheros

Mesa y mantel en Trubia

El restaurante Casa Miranda es conocido por algunos de sus platos, como los garbanzos con chorizo y callos o el rabo de toro

Mesa y mantel en Trubia

La zona rural de Oviedo cuenta con un importante número de locales donde la cocina tradicional y el trato cercano siguen siendo norma de la casa. Esto sucede cuando el destino es Trubia, en este caso un establecimiento que se asoma a la carretera ya en dirección a Santo Adriano de Tuñón y la Senda del Oso, fácilmente identificable por su fachada azul. Un edificio con mucha historia, como recuerda Salvador Fernández Miranda, en la que cobran protagonismo tanto sus abuelos, Manuel y Azucena, como sus padres, Josefina Miranda y José Ramón Fernández, además de su hermana Beatriz.

"Esto fue un conocido almacén como mayorista de piensos y alimentación que abrió mi abuelo Manolo Miranda en 1933. Con el tiempo mis padres rehabilitaron el edificio convirtiéndolo en restaurante en 1958", recuerda Salvador en presencia de Fina, retirada hace años y que, como la mejor alumna de su madre, Azucena, hizo disfrutar a la clientela con sus saberes de buena cocinera, de ésas que además de tratar bien el producto lo cocinaban con cariño. Con ella estuvo también durante un buen número de años trabajando codo con codo su hija Beatriz.

Tras la jubilación y el cambio de dirección del local un par de veces, Salvador lo reabrió hace unos meses, teniendo como cocinera a Luzia Pandinho, una mujer que ha sabido entender a la perfección la cocina de Fina e inclusive sus trucos, por lo que el local ha recobrado los aromas y los olores a puchero de siempre. Así, tienen un menú de lunes a viernes en el que por 9 euros se puede elegir entre diversos platos, con tres primeros y tres segundos, como pueden ser macarrones con chorizo, arroz con pollo o ternera, espagueti carbonara, codillos guisados, pollo en salsa de almendras o pavo guisado, por citar algunos. El fin de semana es a 12 euros, con platos como, por ejemplo, garbanzos con chorizo, callos y panceta; rabo de toro, fabada, pote, redondo de ternera, bacalao a la vizcaína o carrillera guisada, junto con los postres. No falta tampoco un buen cachopo tradicional de ternera, que tanta fama tuvo en este local gracias a Fina.

En cuanto a raciones y tapas ofertan callos, carne guisada, chorizo, queso, picadillo con patatas, pollo a la sidra, patatas bravas, croquetas de jamón, calamares fritos o huevos con chorizo. El comedor, junto a la barra, tiene capacidad para 32 personas. El local cuenta con un piso más abajo con una terracina preciosa con iluminación nocturna, y un no menos espectacular prao donde Salvador se luce como amante de la jardinería y en el que ha plantado todo tipo de árboles y plantas, y por donde los niños pueden "esparcer" a gusto. Tienen aparcamiento en el lateral del edificio. El fin de semana conviene reservar en el 985785369. No cierra nunca.

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