Los actores José Luis García-Pérez (Sevilla, 1972) y Blanca Portillo traen por fin "El cartógrafo" a Avilés. Esta noche (20.30 horas) la penúltima tragedia del dramaturgo madrileño Juan Mayorga se representa en el Centro Niemeyer. García-Pérez atiende a LA NUEVA ESPAÑA por teléfono, en una parada en la grabación de la serie "Asuntos de Estado".

-¿Qué tal plantea su vuelta al Niemeyer?

-Hicimos allí "Don Juan" y fue un bombazo. Creo que la función de mañana [por hoy] también lo será. "El cartógrafo" se representa con la escena desnuda absolutamente. Creo que el Niemeyer va a ser ideal para la obra.

-Aquel "Don Juan" lo dirigió Blanca Portillo, su compañera actual en la escena.

-Ella, fundamentalmente, es mi amiga y eso lo demuestra cuando me dirige, como en "Don Juan", o cuando comparto con ella escenario, como en "El cartógrafo". Ella, como directora, cada día pone el listón un centímetro más alto y tu trabajo tiene que ser superarlo. Algo semejante sucede cuando es tu compañera sobre las tablas. Es una máquina de interpretar: es un orgullo, un honor y un placer salir a escena con Blanca Portillo. Todo eso se nota en cada función.

-Vamos a "El cartógrafo". ¿No hay un lío de personajes?

-Sinceramente, le diré que en el proceso de creación, durante los ensayos, tenía muy presente cada uno de los cambios de personaje, pero eso ha cambiado ahora, un año después del estreno. Blanca Portillo y yo somos los únicos actores sobre el escenario, pero yo hago nueve personajes y ella tres más. Al principio pensé que debía dejar claro el paso de un personaje a otro, pero eso ha cambiado. Ahora, cambian de forma natural. Lo principal ahora es la globalidad de la historia, lo que Mayorga quiere contar: el mapa que dibuja.

-Un texto de Mayorga y una dirección del mismo Mayorga.

-El director Juan Mayorga es muy generoso con los actores. Y el autor lo es con el director. Es un placer trabajar con ambos.

-"El cartógrafo" comienza con una mujer perdida en Varsovia, pero eso luego se complica.

-Este arranque le pasó verdaderamente a Mayorga. Viajó a Varsovia para un acto literario, no sé si la entrega de algún premio. Salió a la calle, se encontró con una exposición sobre la Shoah. Ya sabe que en la ciudad murieron 400.000 personas durante la II Guerra Mundial. En la exposición se señalaban los puntos en que se dieron las matanzas. Decidió marcarlos en su mapa de turista, pero no pudo: no los encontró, no estaban. Descubrió que la Varsovia actual está levantada sobre las ruinas de la anterior. Bajo esta primera capa, aparece la historia del cartógrafo, su leyenda. Estos son los ejes de la función: la historia de Raúl y Blanca, dos empleados de la Embajada, y la del cartógrafo y su nieta. Cuatro personajes y dos espacios distintos.

-Así contado, parece un pelín complicado.

-Para nada. La obra la hemos representado por toda España desde que la estrenamos el año pasado. Venimos esta misma semana de montarla en la Feria del Libro de Guadalajara, en México. Hemos estado en Costa Rica, vamos a ir a Alemania. Lo que sí que exige es un espectador activo porque es él quien tiene que completar el mapa de su vida, el que propone Mayorga. Blanca Portillo lo explica muy bien comparando la fabulación con la imaginación artística. Creo que es maravilloso el juego que propone Mayorga.

-Salen nazis, ¿es una obra histórica?

-No, no. Con la presencia de los nazis se explica la actualidad. Vivimos en una dictadura del momento presente, esa que prefiere dejar pasar las cosas... para mí es un gran error. Echando la vista atrás podemos llegar al futuro en mejores condiciones. Hablamos de los nazis, que actuaron hace bien poquito. No estamos hablando de los romanos: pasó hace 80 años. Los nazis son nacionalistas extremos y el nacionalismo extremo llega a la destrucción. No sólo el de los lugares pequeños, también el de Trump. Mayorga de lo que habla es de la necesidad de un mapa personal en el que enclavar la memoria.

-Le pillé grabando.

-Sí. Es una serie que se llama "Secretos de Estado". Es para Tele5. Los protagonistas son políticos, pero están vistos desde su punto de vista más personal. Muestra sus necesidades, sus miedos... Estamos en el capítulo quinto todavía. Queda mucho para que terminemos la temporada.

-Está en series, pero parece que lo suyo es el teatro.

-Sin él no soy nada.