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Un camino entre pucheros

Comida junto a los molinos

El mesón Mazonovo, con especialidad en truchas y fabada, se encuentra en las instalaciones del museo del mismo nombre, en Taramundi

J. Carlos Quintana, en el museo. ANA PAZ PAREDES

Agua, fuego y hierro definen buena parte de la historia de Taramundi, una tierra en la que la ferrería escribe su pasado y su presente, al igual que los molinos, que también encontraban su energía en la fuerza del agua de los ríos. Precisamente a orillas del los ríos Turia y Cabreira, en un lugar que seduce de inmediato al viajero con hambre de la Asturias más genuina, se encuentra el mesón Mazonovo, a la entrada del museo del mismo nombre, que, sin duda, es lugar de visita obligada para quienes quieran ver y sentir cuanto tiene que ver con la historia de los molinos y los molineros en el Principado.

Al frente del mesón Mazonovo se encuentran Iván Calvete Benéitez y su madre, Mariví Benéitez Basallo. El primero, un joven que empezó pronto en la hostelería, trabajando en otros locales del concejo, para finalmente ocuparse de la barra y el comedor de este mesón que, en su entrada, luce una preciosa parra que da sombra a los que allí se detiene a saciar su hambre y su sed en la terraza, un rincón con mucho encanto y en el que se está muy a gusto en tiempo de calor.

En la cocina, la artífice de los platos que más atraen a su local a los viajeros es Mariví Benéitez, con buena mano para la fabada, tal y como reconocen tanto su hijo como quienes la han probado. El mesón Mazonovo tiene una carta corta pero suficiente y tentadora para que nadie se vaya con hambre.

Tiene un menú en el que ofrece fabada asturiana y truchas con patatas, pimientos y jamón frito, sin que falten la bebida y el postre.

Luego tiene también una carta de picoteo en la que, de igual forma, oferta chorizos a la sidra, lacón con pimientos, sopa casera, pechuga de pollo con patatas fritas, huevos fritos con patatas y chorizo, y tablas de quesos y de embutidos. En cuanto a ensaladas, tiene tres tipos: la simple, la mixta y la ensalada de jamón. Para finalizar, en el capítulo de los postres se nota la buena mano de Mariví con la repostería, a la que es gran aficionada. Ella destaca su tarta-flan de chocolate y el arroz con leche. Los que gustan del queso antes del café y el chupito, aquí lo sirven acompañado de un trozo de dulce de membrillo.

Y todo ello en un local guapo, decorado con encanto rural y atendido con simpatía por este joven natural de Ponferrada que un buen día decidió "emprender" junto a su madre su particular historia hostelera en Taramundi. Con un espacio para unas 30 personas en el interior y otras 24 en la terraza, en fin de semana conviene reservar llamando al 985646817. En julio, agosto y septiembre abren todos los días.

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