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Unas fiestas más hogareñas que nunca

Las celebraciones, con más corazón, llenan los espacios de elementos naturales como ramas y castañas para decorar la mesa

Árbol de Navidad decorado con bolas y luces.

La casa se llena de Navidad por estas fechas, ahora de un modo más discreto y esencial. Si es cierto eso de que todo tiene sus ventajas, una de las que aportan las actuales circunstancias consiste en la oportunidad de mirar al corazón del hogar y hacer de él centro neurálgico de las celebraciones.

No es tiempo de ostentación, en realidad nunca debería serlo, así que soplan vientos favorables para experimentar con decoraciones más sencillas y netamente navideñas, con mucho reciclaje y el empleo de toda clase de elementos tomados de la naturaleza.

Árbol de Navidad decorado con bolas y luces.

Este año, en plena pandemia, no existe razón para no colocar un árbol en el salón, que alegrará a quienes lo vean y será la excusa perfecta para convertirlo en un símbolo de bueno deseos. Las bolas plateadas aderezadas con guirnaldas verdes son una de las tendencias de la temporada. Los lazos y los elementos recargados mejor dejarlos para otra ocasión. El teletrabajo que impera en muchos hogares también anima a buscar opciones más sencillas, integradas en el ambiente y que no entorpezcan la vida diaria.

El belén puede sustituirse por el Misterio del Nacimiento, ocupa menos espacio y queda genial sobre la superficie de un mueble auxiliar que se no utilice demasiado.

La mesa, previsiblemente para menos comensales, tampoco renuncia a la tradición y se decora con manteles individuales, una flor de Pascua en el centro o unas sencillas ramas y castañas recolectadas en un paseo por el campo. Aunque las celebraciones sean en “petit comité” no hay por qué perder la magia. Siempre hay mucho que celebrar. “Todo se ha vuelto más casual y relajado, y tiene sus ventajas”, asegura la diseñadora de interiores Nina Campbell. Las restricciones a las reuniones darán como resultado menos personas en casa, sin duda una oportunidad de cuidar más los detalles y preparar por ejemplo, unas mascarillas navideñas personalizadas como detalle de bienvenida.

Una buena idea, además de reducir el número de comensales o invitados en cada reunión, es espaciar las reuniones en el tiempo lo suficiente para que todas las personas estén bien y comprobar –antes de ver a nadie más– que tras la cita no hay ningún brote. Quizá más que nunca este año sea agradable retomar las postales de Navidad físicas o digitales.

Los regalos tampoco pueden faltar. Las compras online son una opción de bajo riesgo, y también los comercios de proximidad de toda la vida. A la hora de cocinar conviene usar mascarilla y guantes si se preparan alimentos para regalar o servir a los invitados. También será fundamental mantener una correcta ventilación de los espacios.

En definitiva, la alegría casera navideña no tiene motivo para faltar, aunque sea en dosis reducidas.

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