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La Pasión oculta de Asturias

Para comer, ver y pasear en ciudades y pueblos famosos por su Semana Santa, sin agenda religiosa

Cristo tapado, en la iglesia de la Tenderina de Oviedo, el año pasado. Miki López

El Nazareno no ha procesionado por Luarca (Valdés). Ni en Infiesto (Piloña), ni en Villanueva de Oscos han representado su popular vía crucis viviente. En Avilés han tenido que prescindir del famoso baile de los “sanjuaninos” y en Piantón (Vegadeo) el solemne bandeo de pendones que llena cada Domingo de Pascua el pueblo no se celebrará. Las ciudades y localidades famosas por su Semana Santa en Asturias afrontan otro año más sin poder cumplir con su agenda por el covid. Con la esperanza puesta en que en 2022 todo vuelva a la normalidad, el suplemento “La vida buena” de LA NUEVA ESPAÑA ofrece algunas sugerencias para no dejar de visitar esos lugares que, sin sus multitudinarios actos religiosos, tienen otras cosas que ofrecer. Es la Pasión oculta de Asturias.

Besullo.

Besullo, la cuna de Alejandro Casona. 

Es Besullo el pueblo natal del escritor y allí está su casa, la de los siete balcones, fácilmente reconocible (el centro de visitantes está abierto). En el lugar se celebra por Semana Santa (este año no) la misteriosa fumaza, un fuego que, tras ser bendecido, sirve para que todos los vecinos enciendan una vela el Sábado Santo. Hay donde comer y un bonito paseo hasta Pomar de las Montañas.

Plaza de Piantón.

Visita con historia en Piantón. 

Es un pueblo pequeño, pero cargado de historia y famoso por su Semana Santa, coronada el Domingo de Pascua con el bandeo de pendones (la lucha entre la vida y la muerte) y el encuentro de la Virgen con su hijo resucitado. La visita es rápida, pero toda una sorpresa por sus casonas solariegas, su puente medieval a las afueras, el palacio de Rego y la iglesia de San Esteban. Los de allí recomiendan Casa Jano para comer. En Vegadeo, además, hay los sábados mercado y se celebra también una feria de artesanía.

Rincón del monasterio.

Entre ruinas del siglo XII en los Oscos.  

En 1182 comenzó a construirse el monasterio, primero benedictino y luego del Císter. Junto a sus muros se celebra el vía crucis viviente, fiesta de interés turístico regional. Se puede visitar libremente el recinto. Además, en toda la comarca de los Oscos hay muchas rutas, con fama de ser las mejor cuidadas y señalizadas de Asturias. En Santa Eulalia reabre el Mazonovo, del siglo XVII, fundamental para conocer la historia de la industria del hierro. En San Martín se puede visitar el Palacio de Mon y la Casa del Marco, previa reserva.

Costa de Luarca; al fondo, La Atalaya.

Un jardín al mar en Luarca.  

La llamada Villa Blanca tiene muchos atractivos, además de su Semana Santa. Uno de ellos es su costa, con impresionantes vistas al Cantábrico. Entre las mejores, desde su cementerio (está enterrado el Nobel oriundo de lugar, Severo Ochoa, con estatua en la localidad) y la cercana capilla de La Atalaya, y desde los Jardines de la Fonte Baixa, a los que se accede desde la playa segunda. Por esta cruza la llamada senda a la Punta Muyeres, un paseo asequible para todos con salida y final en la villa. Por el mismo se pasa por el Parque de la Vida de La Mata: en el lugar está la famosa colección de calamares.

Espineres, en la fiesta del Asturcón.

Piloña, en tierra de asturcones.

Sin su impresionante vía crucis, en Infiesto, en el concejo dan alternativas para disfrutar (si el tiempo acompaña) de su naturaleza apabullante. Un paseo fácil y referente: a la majada de Espineres, la cuna del asturcón, unos 8 kilómetros ida y vuelta desde el Alto La Llama. En el Oriente, las opciones de ocio son varias. En Colunga tienen hasta este Domingo de Pascua una feria de arte y en Covadonga mantienen algún acto religioso.

Bollo de Avilés.

Entre mantecados y marañuelas.

Avilés cierra su Semana Santa (hay exposiciones por las iglesias) con las fiestas del Bollo: sin actos multitudinarios, este año en los escaparates de los comercios hay maquetas de las carrozas del desfile y los de las confiterías ya lucen los sabrosos mantecados, ideales para merendar durante una visita al bonito casco histórico. En las cercanas villas marineras de Luanco y Candás presumen el Domingo de Pascua de la procesión de la Venia y la del Encuentro, respectivamente. Este año no hay, pero no faltan las marañuelas, dulces típicos en ambas villas. Pero, ojo, tienen una diferencia. La mejor forma de descubrirla es probarlas en cada lugar.

Pincho en Oviedo. Pablo Solares

Comer con pasión en Oviedo.

Las cofradías de la capital asturiana no han querido dejar de organizar algún acto (www.lne.es/semana-santa-oviedo-2021/), si bien el grueso deberá esperar a 2022. Con todo, la gastronomía nunca falla y vuelven los Bocados del Cofrade, pinchos de autor en un buen número de restaurante hasta el Domingo de Pascua. En Trascorrales, Los Estudiantes exponen su patrimonio en una muestra. En el Fontán, el domingo, es día de mercado.

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