La limpieza no es una ciencia exacta. Por eso, hay múltiples soluciones a un mismo problema. Uno de ellos es la eliminación de las marcas de humo de una vivienda: bien sean provocados por tabaco, una chimenea o el humo de una sartén. Aquí encontrarás varias de respuestas a este entuerto. En todas ellas podrás emplear artículos que ya tendrás en tu domicilio o que encontrarás fácilmente en el supermercado.

Uno de los trucos más recurrentes es el uso de lejía y agua fría. La mezcla es muy sencilla: se vierten ambos productos en un cubo, se mezcla, se deja reposar cinco minutos y se aplica la solución sobre las manchas. Lo ideal es emplear un paño blanco limpio. No se recomienda frotar en exceso. Es mejor aplicar directamente sobre las manchas. Este proceso puede repetirse en más de una ocasión si las marcas persisten.

Otra de las fórmulas más recurrentes es el uso de agua caliente y bicarbonato. Nuevamente la técnica es sencilla: se mezclan ambos productos un cubo o bol. Se deja reposar unos minutos y, posteriormente, se aplica sobre las manchas. También se recomienda hacerlo con un trapo limpio. Esta solución es eficaz para resto de humo que se encuentren en las paredes o en el techo.

La lejía blanca densa es otro de los productos recomendados por los expertos en limpieza para este tipo de manchas. Este artículo puede encontrarse fácilmente en numerosos supermercados. Puede aplicarse diluido con un poco de agua. Para ello se puede emplear un paño o una esponja.

También existen soluciones más naturales. Hay quien recomienda disolver una pastilla de jabón en agua. Esto se puede conseguir raspando el jabón con un rallador. Una vez tengamos las lascas de la pastilla, las introducimos en el líquido. Lo metemos todo en una olla y llevamos a ebullición. Cuando el agua comience a hervir se retira del fuego y se deja reposar. Cuando la mezcla esté fría puede comenzar a aplicarse sobre las manchas.

Para evitar la aparición de marcas de humo durante el cocinado es recomendable el uso de una campana extractora.También es útil abrir ventanas para ventilar si hubiese alguna cerca.

En el caso de las manchas de tabaco, más de lo mismo. Más allá de que las autoridades sanitarias desaconsejen fumar, en caso de hacerlo dentro de una vivienda es recomendable hacerlo con las ventanas abiertas.Asimismo, es bueno no cerrarlas después de fumar.