Al final lo lograron y la convocatoria de Dream Works Animation en Los Ángeles fue un éxito. Y es que, ni cortos ni perezosos, pidieron a los norteamericanos que, vestidos como sus héroes favoritos, acudieran a los estudios para batir el récord Guinness de personas disfrazadas de superhéroes. Con una marca de 1.580 asistentes lo consiguieron.