El Café Comercial resistió durante 128 años, pero al final echó el cerrojo. "Ni la guerra pudo con él", se leía desde uno de los recordatorios pegados en el escaparate del popular establecimiento situado en la Glorieta de Bilbao.

Desde la noticia del cierre del recinto, el escaparate se ha vuelto un homenaje improvisado donde los clientes, madrileños y de fuera, han querido rendir homenaje al café que unió tantas historias.

El sitio que dio luz y forma a "La Colmena" del Nobel Camilo José Cela logró reunir a figuras de la cultura de toda índole hasta anteayer, cuando los 18 trabajadores se enteraron de que se quedaban en la calle.

El Café Comercial era hasta ahora una "institución" del Madrid "castizo", cuentan, apenados, en el vecindario.

El vacío del Café Comercial se suma al que dejó la semana pasada el Mercado Fuencarral o el de los cines Roxy. Unas ausencias que están propiciando un Madrid "hortera y sin personalidad", como asegura una clienta habitual, que pide que se "tome nota" de cómo en otros países europeos tratan a sus cafés "históricos".