José Andrés (Mieres, 1969) es una verdadera estrella de la cocina y de la televisión. Lo fue ayer al mediodía en la legendaria sidrería Casa Lin, en Avilés. Andrés y su anfitrión, el escritor y chef Anthony Bourdain, se metieron entre pecho y espalda un plato de almejas, un centollo, oricios, percebes recién capturados, un bogavante y hasta unas angulas. Todo preparado por las manos de José Francisco Hernández y Amaya Crespo y servido por José Ángel Artime. Al término de la grabación del banquete, Bourdain puso pies en polvorosa, pero Andrés atendió a LA NUEVA ESPAÑA.

- Se han puesto finos.

-Es lo que tiene mostrar lo mejor de Asturias.

- No es la primera vez que sale en el programa de Bourdain.

-El programa de Bourdain va mucho más allá de la comida. Yo creo que es un contador de historias como nadie: cuenta la historia de los pueblos. La comida es la excusa, aunque es un gran chef. Estuve con él en Cataluña, con Ferran Adrià, estuvimos en Haití, aunque allí no salí... Me pidió que en Asturias le ayudase y a eso vine. Iba a ser casi un producto.

- ¿Por qué Asturias?

-Lleva muchos años escuchándome hablar de esta tierra. Espero que vean este programa como un homenaje a Asturias. Es lo que pretendemos.

- ¿Se ha sorprendido con el escanciador de sidra?

-Es que ha sido la primera vez que lo ha visto. Había estado en el País Vasco, en una espicha con tonel, pero no esto.

- Hablemos de usted: de nuevo, por su tierra.

-Desde luego. Siempre he dicho que soy un inmigrante en la misma tierra en la que nací: me fui muy pronto. Mi vida ha sido un poco como el anuncio de vuelvo a casa. Aquel que dude adónde pertenece sólo tiene que marcharse diez años y lo tendrá claro. Con 17 años volví a Mieres poco antes de Navidad, fue como el anuncio de El Almendro.

- ¿Va a hacer negocios en España?

-Si hago negocios en España se me acaba como lugar para regresar en vacaciones. Obviamente, esto es trabajar: tengo que dejar mi vida a un lado diez días y mis restaurantes no van a ir mejor por salir aquí, pero es que estoy en Asturias, aquí, con mi amigo Tony.