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JUAN VALDERRAMA | Cantante, actúa el sábado en el teatro Jovellanos

"Hay poetisas que, por ser mujeres, no han ocupado el lugar que merecían"

"Las lenguas son un tesoro cultural que hay en España y no sabemos valorar, les tenemos miedo"

"Hay poetisas que, por ser mujeres, no han ocupado el lugar que merecían"

El arte a Juan Valderrama le viene de nacimiento. Hijo de Juanito Valderrama y Dolores Abril, nunca tuvo miedo a explorar su propio camino artístico. Un viaje que ahora le lleva a aunar música y poesía para revisar grandes clásicos en verso de poetisas en ocasiones olvidadas, dentro de su proyecto "Mujeres de carne y verso" que el sábado llega al teatro Jovellanos (20.30 horas).

- ¿Cómo nace este proyecto?

-Nace en el centenario del nacimiento de Gloria Fuertes, hace dos años, cuando la descubro al completo. Me doy cuenta de que era mucho más que una poeta infantil, como yo tenía entendido. Fue una poeta en toda su extensión. Ahí me surge la indignación de preguntarme por qué no se conoce más a la Gloria Fuertes poeta adulta. Y me pica la curiosidad de si habrá más casos como el suyo. Entonces me decido a empezar a investigar y detecto que hay un gran déficit en el mundo de la poesía femenina, no están reconocidas en el canon cultural ni de los libros. Con todo, vi una oportunidad muy bonita de hacer algo nuevo y distinto en mi carrera.

- ¿Cómo es musicalizar la poesía?

-Es una gran responsabilidad. Un poema por sí solo ya es una obra de arte y una melodía, en ocasiones, no sólo no le aporta, sino que es perjudicial. Hay que ser muy prudente y exigente, rodeándote de los mejores músicos posibles para poder hacer algo brillante, que la enriquezca y la aporte. Hay poemas tan bellos que me da hasta pudor cantarlos. Así, el trabajo navega entre el bolero, el fado, el pasodoble o la copla, con otras piezas más flamencas, porque el flamenco siempre está presente en todo lo que yo hago.

- Además, canta en distintos idiomas.

-Sí, en las lenguas maternas de las poetas. A Rosalía de Castro le canto en su lengua, en gallego, y a Joana Raspal, en catalán. Las lenguas es un tesoro cultural que tenemos en España y que no sabemos valorar. Las utilizamos más como arma arrojadiza, les tenemos miedo. Hay que encontrar factores de unión entre nosotros, y la lengua es uno de ellos. ¿Por qué tenemos que saber inglés y no conocer el vasco o el catalán?

- Es necesario seguir reivindicando el papel de esas mujeres, en pro de la igualdad.

-Es de justicia. El feminismo, igual que el ecologismo, es una causa social. Y yo no creo en su ideologización, porque nos concierne a todos. Hay una serie de mujeres poetas que no están donde merecen, desde Safo de Lesbos, que Platón llamaba la décima musa, hasta Elvira Sastre, pasando por muchas otras que tampoco están en los libros. Todas ellas, por el hecho de ser mujeres, no han ocupado el lugar que les correspondía. Y el arte no entiende de sexos, no se debería regir por esos cánones.

- ¿Cómo fue la revisión de los textos?

-La cuestión es encontrar los poemas que tú crees cantables y más se adaptan a tu registro musical. Es una cuestión más sentimental. El verso que te late y le ves forma de canción, enseguida te sale, y hay otros que los das por imposible y simplemente los recitas. Hay que documentarse bien y estar bien asesorado.

- ¿Qué aprendió de todo este proyecto?

-Este disco me ha enseñado mucho más que otros trabajos. Me ha enseñado la riqueza cultural que tiene este país y a valorarla como un tesoro, no como algo a esconder ni un factor de desunión, como son las lenguas. Me he acercado más a la pluralidad tan bonita de este país. Y me ha situado mejor en el punto en el que estamos respecto a las mujeres, me ha mostrado la realidad: estamos mucho más atrás de lo que pensamos. Me ha hecho más justo con las mujeres. Me ha abierto la mente, para hacerme más consciente de todo el camino que queda por recorrer.

- ¿Hacia dónde va su futuro?

-Me gustaría verme en un lugar similar al que ocupó Carlos Cano, que supo conjugar la tradición andaluza, la cultura, la modernidad y la pluralidad a la hora de mezclar géneros.

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