Ocho millones de euros. Esa es la cantidad que la familia Franco pedía por el pazo de Meirás, el inmueble que es ahora de un litigio entre los descendientes del dictador y el Estado. Pero no es el único activo inmobiliario que los Franco tienen en el mercado: por el palacete de La Piniella, en Llanera, piden tres millones. Este inmueble cuenta con siete habitaciones, seis baños, capilla y un terreno de 30 hectáreas. Pertenece a la familia de Carmen Polo, la mujer de Franco, desde el siglo XVII. La que luego sería señora de Meirás pasó allí los veranos de su infancia y quiso que si hija, Carmen, hiciese lo propio durante su niñez, aunque ahora hace años que los Franco no pasan por allí.