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Crítica / Música

“Petit pop”: diez años haciendo escuela

La banda asturiana celebra una década sobre los escenarios en un concierto en la Laboral

“Petit pop” nació hace diez años “por casualidad”, así lo contaban sus miembros en el teatro de la Laboral el pasado sábado. Sin embargo, una década de éxitos recorriendo los escenarios de toda España confirman que había mucho fundamento tras ese momento fortuito. Y es que esta banda está formada por cuatro figuras imprescindibles para entender la escena musical asturiana de los noventa; cuatro músicos que desde aquellos años no han dejado de tocar y hacer canciones, y que con “Petit pop” supieron armar un proyecto para ofrecer una alternativa musical al público infantil.

En sus siete discos podemos encontrar todo tipo de estilos, del folk al punk, pasando por el pop, el ska o el heavy metal y, sobre todo, mucho rock and roll. Canciones que hablan de la cotidianidad de los niños y niñas y que se dirigen a ellas y ellos en su lenguaje, sin los infantilismos que abundan en el repertorio de los más pequeños. Estos son dos de los ingredientes fundamentales para explicar la conexión de “Petit pop” con su público, toda una generación que ha crecido con las historias de “Panchetina” “Tristán” o “La niña pirata”, viéndose reflejada, ampliando sus horizontes y aprendiendo a gestionar sus emociones con sus canciones.

Pero donde “Petit pop” hace afición es, sobre todo, en sus directos; conciertos que discurren con todo el rigor y el protocolo de un concierto de rock, y que no necesitan parafernalia para captar la atención de los más pequeños y dejarlos, tras más de una hora de concierto, pidiendo “otres tres”. El pasado sábado dieron buena cuenta de ello en lo que ya es todo un clásico navideño: el concierto de “Petit Pop” en el teatro de la Laboral. No lograron el lleno absoluto de años anteriores por razones obvias, pero su actuación consiguió devolver la música a un teatro que no registraba actuaciones desde el mes de marzo.

Como todo concierto aniversario, el repertorio estuvo lleno de grandes éxitos; una veintena de canciones para hacer un recorrido por la trayectoria del grupo. “El invierno está al revés” rompía el hielo y conseguía canalizar los nervios y la expectación que se respiraba momentos antes de empezar el recital. El público estuvo entregado desde los primeros compases: coros, palmas e incluso coreografías bien coordinadas y sin moverse de las butacas. Las restricciones también impidieron las habituales colaboraciones y la participación de los grupos que se han forjado en Sonidópolis, la escuela de música de “Petit pop”, pero los cuatro componentes del conjunto supieron hilvanar un espectáculo en el que brilló la música, tanto por la variedad de estilos como por la cuidada interpretación, y en el que cada tema era celebrado por los asistentes como un hit. Hubo bises, por supuesto, también muchas peticiones desde el público, pero como sucede siempre muchas de ellas no llegaron a sonar. Fue una hora de directo intenso en el que nadie perdió detalle, y que vino a certificar que aquella “casualidad” que hizo nacer al grupo hace una década era en realidad una necesidad para la escena musical de los más pequeños…y para sus familias.

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