No hay que dejar de comer para perder peso. Eso es un mito del que los nutricionistas llaman a huir de forma constante. Lo que importa es que controles lo que comes. Es decir, tienes que huir de los ultraprocesados y consumir comida real, que es lo que te va ayudar a adelgazar de forma segura. De hecho existen varios trucos con los que puedes saber cómo tienes que “montar” tus platos para conseguir tu objetivo de llevar una vida más sana y con menos peso a las espaldas. (En este enlace puedes ver un menú ejemplo). Uno de los trucos que los expertos consideran infalible es el del 80 / 20. En este enlace lo puedes ver. Pero no es el único. También puedes usar el truco de las porciones. ¿Cómo hacerlo? De una manera muy sencilla.

Imagina que para cenar te tomas un plato con un poco de verdura, arroz y dos filetes. Quitando un filete y añadiendo más verdura y menos arroz (o patatas que son los acompañantes más normales), podrás reducir a la mitad las calorías que ingieres. Si esto lo haces dos veces al día (tanto en la comida como en la cena) entonces bajarás más de 400 calorías al día. Una cifra nada desdeñable.

Si a eso le sumas un aumento del ejercicio físico (tienes que moverte como poco 15.000 pasos cada día), eso te dará como resultado una mayor pérdida de peso. Es lógico: todo lo que sirva para que te muevas más y para que comas menos será bienvenido. Los nutricionistas llevan tiempo repitiendo que tienes que huir de los viejos axiomas de que hasta ahora reinaban en el mundo de la alimentación. Aseguran que sólo hay una verdad de las que no se pueden discutir: que para conseguir adelgazar con cierta seguridad lo único que tienes que hacer es consumir más calorías de las que te metes en el cuerpo en la comida y en la cena. Pero ¿cómo gastar más calorías?

La estrategia es sencilla si sabes cómo aplicarla. Tienes que ser constante y saber que todos los días cuentan. En este enlace te contamos en su día los peligros de saltarse una dieta el fin de semana. En este otro enlace te contamos los cinco hábitos que tienes que conservar y que nunca puedes dejar de hacer si quieres perder peso de forma más prolongada. Ir al trabajo caminando, por ejemplo, puede ser una buena excusa.