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El trasplante de pulmones asusta, pero te da la vida

Los pilares para el tratamiento de la fibrosis quística son la fisioterapia, la nutrición, la antibioterapia y el ejercicio físico

El trasplante de pulmones asusta, pero te da la vida

Con cuatro años me diagnosticaron fibrosis quística, una enfermedad genética, hereditaria y crónica que afecta a diferentes órganos, principalmente de los aparatos respiratorio y digestivo.

El tratamiento de la fibrosis quística (FQ) debe fundamentarse sobres tres pilares para proporcionar calidad de vida: la fisioterapia, la nutrición y la antibioterapia. También tiene mucha importancia el ejercicio físico. Me gustaría concienciar, en particular a los niños con FQ, de la necesidad de hacer mucho deporte: además de ser divertido, ayuda a retrasar esta dura etapa que me ha tocado pasar a mí.

En mi caso, el año pasado, debido a un agravamiento de mi función pulmonar, tuvieron que derivarme a la unidad de trasplante pulmonar del Hospital Marqués de Valdecilla, de Santander. Tuve la gran oportunidad de que aparecieran unos pulmones adecuados para mí en el momento en el que más los necesitaba. Uno no quiere que este momento llegue nunca, pero cuando realmente estás mal llegas a desearlo.

Desde mi experiencia en el trasplante, puedo decir que es normal sentir miedo. A mí me ha pasado: es una situación que asusta, pero quiero dar un mensaje tranquilizador al que se encuentra en espera de un trasplante. Cuando llega ese momento, sólo lo ves como una operación que tienes que pasar, cuanto antes, para empezar a disfrutar de todo lo que antes no podías y deseabas. ¡Yo aquí estoy disfrutando y dando guerra!

Es una intervención compleja, pero todo el equipo de profesionales hace que día a día te vayas recuperando, y valorando lo que es vivir sin toser y respirar sin pensar. Después de 46 días, ya estaba en mi casa, disfrutando de mi nueva situación. No obstante, tuve la mala fortuna de sufrir una complicación que me llevó a un nuevo ingreso, ocasionado por mi propia bacteria. Este proceso se hizo largo y pesado, hasta conseguir erradicarla.

La experiencia ha sido dura, pero muy positiva. Nunca me arrepentiré, porque me ha dado una nueva vida. Animo a todo el mundo a ser donante, pues supone permitir que otras personas tengan la misma oportunidad que la vida me brindo a mí. Estaré eternamente agradecida a mi donante y a la generosidad de su familia.

Me siento orgullosa de la sanidad que tenemos en España, del equipo médico y sanitario de cirugía torácica y trasplante pulmonar, que me atendió con tanto afecto y dedicación, y también de los médicos y el personal sanitario de la unidad de Fibrosis Quística del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que me ayudaron a mantenerme estable durante tantos años. En toda esta etapa, ha sido decisivo e inquebrantable el apoyo de mi familia y mis amigos.

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