Cuando empezamos a tener escalofríos, tosemos cada diez minutos, los ojos se nos ponen vidriosos por la fiebre, la nariz enrojecida y tenemos más mocos de lo habitual, sabemos que la gripe ha llamado a nuestra puerta. Pero no debemos banalizar esta enfermedad, ni sus síntomas. Cada año se registran en el mundo 1.000 millones de casos de gripe, de los que entre 3 y 5 millones son graves. Se calcula que 4 personas fallecen cada 5 minutos a causa de gripe en el mundo.

Ángel Gil, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, asegura que “el hecho de que todos los años tengamos gripe hace que le hayamos perdido el miedo”. Ahora estamos “muy nerviosos con el coronavirus, pero en España todos los años tenemos 35.000 ingresos hospitalarios por gripe y el año pasado fallecieron 6.300 personas”.

El virus, además de producir complicaciones respiratorias, puede empeorar enfermedades crónicas como la diabetes y aumentar las tasas de infarto cardíaco e ictus. De hecho, inmediatamente después de la infección del virus de la gripe, el riesgo de infarto de miocardio se multiplica 6-10 veces y el de ictus por 3-8 veces.

El escudo contra la gripe

Las vacunas están destinadas a generar inmunidad adquirida contra una enfermedad. “Tienen pequeños componentes antigénicos de los microorganismos que queremos prevenir. Nuestro sistema inmunológico al detectarlos forma anticuerpos, unos que reaccionan de forma inmediata y otros que generan memoria”, explica el catedrático.

Gracias a la campaña de la vacunación antigripal en España, y habiendo vacunado a la mitad de la población de riesgo, “se estima que se ha reducido en un 40% los casos de hospitalización”. Ángel Gil considera que si se vacunase al 100% de la población de riesgo se estaría evitando el 80% de las hospitalizaciones. “La vacuna es la única estrategia eficaz que tenemos de prevención”, recalca.

Actualmente en nuestro país la política de vacunación que se sigue engloba a los grupos de riesgo, decir, los mayores de 65 años, las embarazadas, las personas con enfermedades crónicas y los profesionales sanitarios. Como los niños menores de 6 meses no pueden ser vacunados, cobra especial importancia la vacunación de la embarazada para, a través de la inmunización pasiva, proteger al bebé en los primeros meses de vida. Además, es fundamental que el personal sanitario se vacune para de esta forma evitar el contagio a otras personas.

La OMS recomienda tetravalente

La vacuna se facilita de forma gratuita por el Sistema Nacional de Salud (SNS), pero dependiendo de la comunidad autónoma se administra la trivalente o la tetravalente. “La tetravalente ofrece una protección más amplia”, señala Ángel Gil. Las vacunas antigripales contienen las 2 cepas del virus de tipo A (los subtipos H1N1 y H3N2) y ambas cepas del virus tipo B (Victoria y Yamagata), mientras que la trivalente contiene las dos cepas del tipo A y el linaje tipo B que se prevé que circulará esa temporada, lo cual es difícil predecir con antelación. Debido a esto, el linaje predominante del tipo B circulante no ha coincidido con el contenido de la vacuna en 5 de las 10 últimas temporadas en España. En este sentido, cabe destacar que la tetravalente responde a los cambios en la epidemiología de la gripe que no se pueden predecir. “Hay solo 4 cepas de virus, quizás alguna puede cambiar su componente antigénico, pero al final todos los que circulan son los 4 frente a los que protege la tetravalente. Si circula alguno de estos con una variación, al llevar la vacuna el componente, protege”, apunta el catedrático. Si alguien tiene indicada la vacuna antigripal debe ponérsela. Todavía están a tiempo de acudir a su centro de salud y solicitarla.

En Europa la tetravalente es la vacuna de referencia. La OMS recomienda anualmente, las 4 cepas a incluir en las vacunas para la siguiente temporada, para así ofrecer el máximo espectro de protección. Asturias es una de las pocas comunidades autónomas de España que ya vacunan con la tetravalente, junto a Baleares, Canarias, Castilla y León, Galicia, Ceuta y Melilla y Valencia.

Impacto socioeconómico

La gripe supone una carga socioeconómica para la sociedad en lo referente a recursos sanitarios destinados a su atención, así como bajas laborales. Se estima que en España la gripe le supone un coste de 250 millones de euros al SNS y se calcula que genera 1,3 millones de consultas médicas al año, así como 140.000 visitas a Urgencias Hospitalarias. No obstante, los costes indirectos son 3,5 veces mayores en España que los directos. Esto implica la pérdida de productividad.

El uso de la vacuna tetravalente en lugar de la trivalente en España podría evitar 21 millones de euros de costes directos y 3 millones de costes indirectos.