La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El ocle extraído por buzos en aguas asturianas, una farmacia inagotable

Los científicos usan el alga gelidium, una vez tratada y sin impurezas, en vacunas, insulina o para hacer fragmentos de ADN

Preparación de disoluciones de agar-agar para analizar. | Hispanagar / Condalab

La principal fuente de antibióticos y antitumorales es la naturaleza, y el Cantábrico es un auténtico tesoro terapéutico. Y esto lo saben muy bien los científicos que sacan el máximo provecho al ocle asturiano (alga gelidium) en forma de agar para purificar fármacos y, de forma rutinaria, para aislar, por ejemplo, fragmentos de ADN. Este recurso gelatinoso está detrás de vacunas, anticuerpos, insulina...

Pero no todo el ocle es igual ni tiene las mismas aplicaciones, empezando por el modo de extracción. El que se destina a ambientes científicos y sanitarios tiene que estar libre de impurezas y se obtiene por la llamada técnica de arranque: es recolectado en los fondos marinos por buzos profesionales, en periodos concretos, con cantidades reguladas por la Administración, dejando siempre un importante resto de biomasa para su regeneración.

Análisis de fuerza del gel del Agar | Hispanagar / Condalab

Cada año, la Administración comprueba la regeneración del recurso y adapta los cupos para su sostenibilidad. En Asturias participan en dicha campaña 28 barcos entre el 1 de julio y el 30 de septiembre (o antes, si se alcanzan los cupos máximos de extracción), y en cada una de estas embarcaciones pueden ir tres buzos. En Cantabria otras 14 lanchas disponen de autorización.

Distinta a la técnica de arranque es la de arribazón: en este caso, se trata de ocle que llega a las playas sobre todo en épocas de mareas fuertes. A diferencia de las primeras algas rojas, con aplicación en microbiología o procesos biofarmacéuticos, estas suelen contener otras algas e impurezas que impiden que se pueda trabajar con ellas en campos diferentes a la alimentación o cosmética. Otra diferencia notable es que para las de arribazón no hay cupo; de hecho, se puede recoger todo lo que el mar expulse, aunque sí es preciso tener el carné de recolector de algas de arribazón junto a la autorización para introducir los tractores a las playas, entre otros requisitos.

Agar en polvo | Hispanagar / Condalab

Así, pues, el ocle libre de impurezas y que resulta óptimo para la fabricación de agar bacteriológico y para uso en medios de cultivo de microbiología para diagnostico de enfermedades, se encuentra en alta mar y su recolección depende del buen hacer de los buzos. El año pasado, entre Asturias y Cantabria, se recolectaron 5.222 toneladas de algas húmedas escurridas; 5.057 en 2019, 5.670 en 2018, 6.118 en 2017... El reto, en cualquier caso, según los expertos, consiste en mantener un equilibrio “sostenible y respetuoso con el medio marino entre ambas técnicas, arranque (barcos) y arribazón (playas) a un precio razonable, que sea competitivo frente al agar proveniente de Asia”.

¿Y qué se hace con el ocle extraído por los barcos? Germán González, purchasing manager de Hispanagar, empresa fabricante de agar con base en Burgos (Castilla y León), es uno de los primeros que participa en el complejo proceso. Hasta la fábrica burgalesa se transporta el alga seca en camiones. “En la planta de Burgos obtenemos agar agar, un producto muy parecido en aspecto a la harina de trigo, de un color amarillento. Este polisacárido se encuentra en la pared celular de las algas, y nosotros hacemos un proceso de extracción”, explica.

Placas Petri | Hispanagar / Condalab

El alga seca se introduce en grandes tanques a presión, una especie de olla exprés gigante. “El agar agar pasa de las paredes del alga a disolverse en el agua de extracción. Una vez en disolución, el líquido se purifica mediante un proceso de filtración y se deja enfriar: el agar en caliente siempre está líquido, pero al enfriar se forma un gel. De ahí hacemos unos pergaminos de agar agar que se llevan al secadero y se muelen para después tamizarlo. El producto final es una harina”, subraya González, quien incide en la importancia de la selección del tipo de alga.

El ocle debe llegar a planta sin impurezas o algas extrañas para fabricar agar bacteriológico. De ahí la relevancia de la técnica de arranque. El alga de arribazón, por su contenido en impurezas, hace que se inhiba el crecimiento de microorganismos y solo sea apto para aplicaciones alimentarias.

Ocle asturiano destinado a la ciencia. | Hispanagar / Condalab

Ya con el alga gelidium extraída y en polvo entran en juego, por ejemplo, las empresas fabricantes de medios de cultivo de diagnostico clínico, como Condalab, emplazada en Madrid. Esta firma, con Beatriz López como directora de control de calidad, compra el agar en polvo, hace una mezcla equilibrada y precisa de otros ingredientes del medio de cultivo, principalmente peptonas, para hacer que solo crezca un tipo de bacteria específico. El medio se puede comercializar en polvo para reconstruir o en placa Petri (recipiente redondo de plástico con el medio incorporado) para su uso directo. Los usuarios finales son empresas y hospitales para controles de seguridad alimentaria y diagnóstico de enfermedades. El ocle, entonces, ya es magia científica.

Los usuarios finales se cuentan por decenas. Entre ellos figura el Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN). Mario Fernández Fraga, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que lidera el grupo de Epigenética y Nanomedicina del CINN y es responsable del grupo de Epigenética del Cáncer y Nanomedicina del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA), sabe bien de las bondades del agar agar. “Se utiliza a diario en laboratorios de todo el mundo. A nosotros nos llega un polvo blanco que se mezcla con agua, se calienta y crea una especie de gelatina traslúcida. Con esa gelatina hacemos como unos pocillos en los que metemos muestras de ADN que queremos separar e iniciamos el proceso”, explica el científico, quien destaca que sus alumnos comienzan desde muy temprano a manejarse con este agar proveniente de ocle que es un tesoro terapéutico recogido por buzos en el Cantábrico asturiano.

Oro del Cantábrico

  • El alga gelidium es un alga roja que pertenece a la división de “Rhodophytas”. Tiene un tamaño de hasta 50 centímetros y crece en mares de aguas frías, sobre roca, en zonas muy expuestas al oleaje. 
  • El alga gelidium tiene dos formas de recolección: en fondos marinos por buzos profesionales (arranque) y en las playas por recolectores de algas (arribazón). El uso de las primeras es, principalmente, para la obtención de medicamentos de terapias genéticas, entre ellas purificación de vacunas, fabricación de insulina, aislamiento y réplica de DNA. El agar de arribazón se usa en alimentación (dulces, postres, salsas...) y en cosmética.
  • En la técnica de arranque, regulada por la Administración, participan 28 barcos autorizados en Asturias y 14 en Cantabria. En cada barco pueden ir hasta tres buzos.

Compartir el artículo

stats