Bajaron la persiana hace doce meses y volvieron a la actividad rodeados de restricciones durante un breve espacio de tiempo. La pandemia ahoga el ocio nocturno y los empresarios hacen encaje de bolillos para evitar el desahucio tras casi un año de inactividad. "De media los gastos de un local cerrado son unos 3.000 euros al mes. Cuando volvamos a abrir lo haremos con una deuda importante. La hostelería diurna ha vuelto a abrir y nosotros seguimos sin fecha y sin planes para volver a trabajar. No nos tienen en cuenta", lamenta José Reina, presidente de la Asociación de Bares de Copas de Oviedo. "Solo pedimos volver a trabajar, aceptaremos las condiciones que nos impongan pero el horario de cierre actual es incompatible con nuestra actividad", señala.
