Una carrera profesional tan longeva ha sido posible por dos razones. Sacó la oposición a la primera cuando tenía 19 años y aunque lo habitual es que los profesores de la enseñanza pública pidan la jubilación voluntaria al cumplir los 60 años, Ramón Palicio hizo lo contrario tras cumplir los 65 años. “Pedí cinco prórrogas anuales voluntarias a la Consejería de Educación y aunque cumplí los 70 años el 1 de noviembre, solicité también acabar este curso, para no romper la dinámica a los críos y que no tuvieran que cambiar de tutor”, comenta el veterano profesor, un enamorado de la enseñanza. “Es algo insólito”, corrobora Rosa Riesgo, directora del colegio público Gervasio Ramos desde hace tres años, una etapa especialmente compleja por la pandemia del coronavirus.
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