Diez de la noche en Avilés, comienza el toque de queda y se establecen los controles perimetrales. La policía local comprueba que nadie se lo salte, incluidos los pasajeros de un autobús de línea. Todos han de mostrar su documentación y el justificante del desplazamiento. Su labor en la calle está apoyada en todo momento desde la comisaría. Las cámaras de seguridad son sus ojos en la ciudad para asegurarse que nadie se salta la norma. Dicen los agentes que registran más incidencias sobre todo las noches de los viernes y los sábados.