El avilesino Roberto Jardón Rico (1969) es uno de los luthiers más destacados del país. Y se nota: recibe encargos de músicos de este y el otro lado del Pajares. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA en su taller: en la plaza de Álvarez Acebal. Grandes ventanales iluminan la mesa de trabajo en la que Jardón se hunde con tesón y curiosidad. Deja de lijar la tapa de un violín que tiene entre manos para atender al periodista. Lleva más de una década dedicado a la construcción de violines, violas y chelos. "Sobre todo, violines y violas", dice. "Los chelos dan mucho más trabajo", apostilla. Todos los músicos profesionales le conocen.
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