En tan sólo 4 días veremos al rey y al presidente del Gobierno juntos y en Barcelona. La decisión anunciada hoy, al mismo tiempo por Moncloa y Zarzuela nos llega después de la tormenta perfecta. ¿Y por qué ahora sí y antes no? El ministro de Justicia insiste en que en ese momento estaba muy cerca el 1 de octubre y la sentencia de inhabilitación de Torra. El Ejecutivo reconoce que esto podría haber crispado a una parte de la sociedad catalana. Y por eso el rey el 25 de septiembre no estaba donde siempre había estado. En su ausencia ese mismo día la vicepresidenta, a primera hora de la mañana, agradece al rey su neutralidad política. Pero tras el acto es el propio presidente del Consejo del Poder Judicial quien revela una llamada del rey diciendo que le hubiera gustado estar ahí. Esto desata la ira de un ministro que acusa al rey de maniobrar contra el Gobierno y de un vicepresidente que cuestiona la neutralidad política del jefe del Estado. Zarzuela también reacciona y califica la llamada de cortesía sin consideraciones institucionales. Y además llegamos a escuchar al presidente del grupo de Unidas Podemos en el Congreso que sería bueno que el rey no volviera nunca a Cataluña. Pero el rey vuelve el próximo viernes, será en Barcelona y junto al presidente del Gobierno.