Ruido, insultos y malos olores. Es el resumen que hacen los vecinos del Oviedo Antiguo de la situación que viven con el botellón cada fin de semana. "Nos sentimos abandonados, no podemos tener vida, nos insultan, llaman a los timbres, hacen sus necesidades en nuestros portales", explica indignada Marisa Rodríguez, vecina de la plaza del Sol. "Hay jaleo a todas horas, la gente trae hasta altavoces y nadie les dice nada. No nos dejan entrar en el portal", añade Laurentino Hernández. Medio centenar de vecinos de zona se han concentrado esta mañana frente al Ayuntamiento para pedir soluciones. "Solo queremos que nos escuchen porque llevamos décadas denunciando esta situación, el alcalde sabe que no es algo puntual. Hay casi diez denuncias y otras tantas sentencias", asevera Soraya Rodríguez. "Después de San Mateo varias asociaciones se dirigieron a nosotros para buscar una solución. Hoy hemos salido a la calle para visibilizar el problema", argumentó Juan García, presidente de la Asociación de Vecinos del Antiguo.
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