“Duele porque soy un enamorado de la profesión y fui feliz trabajando casi 20 horas diarias”. Con lágrimas en los ojos y rabia contenida, Esteban López anuncia el cierre de su popular sidrería de la avenida de Santander el próximo día 1 de febrero. Cansado de “poner dinero mes tras mes” desde el inicio de la pandemia, la anulación de todas las comidas que iban a llenar su establecimiento en diciembre puso la puntilla. “Lo intenté y quería seguir, pero no tiene sentido”, explica el hostelero de 65 años que acumula más de 50 de trayectoria íntegramente ovetense en el sector.
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