Dos esculturas de Begoña Vega ocupan desde hace unos días el espacio central de la plaza de Trascorrales de Oviedo, ahora reconvertido en un espacio expositivo. Las dos representan, de manera simbólica, las peculiaridades del Camino de Santiago. No les faltan detalles. Ambas piezas forman parte de “ExpoPeregrina”, una muestra que tiene como objetivo reivindicar a Oviedo como origen del Camino. Una de las esculturas, que la propia artista elige por ser más representativa, está llena de alegorías. “Representa una montaña con forma de faro, con una perla en la parte superior y una mano que simboliza la concha, la unión del hombre con la espiritualidad del Camino, el uno sin el otro no puede existir”, dice.
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