La plaza del Ayuntamiento de Oviedo vivió este mediodía momentos de profundo dolor, rabia y condena. Cientos de vecinos, algunos familiares y compatriotas de la familia de Érika Yunga, la niña de 14 años muerta ayer apuñalada cuando entraba por el portal de su casa, en la calle Vázquez de Mella, se concentraron durante cinco minutos de silencio convocados por el Ayuntamiento. "Es un día negro para Asturias, no lo vamos a olvidar", clamó el presidente del Principado, Adrián Barbón, acompañado por el Alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, y la Delegada del Gobierno, Delia Losa.