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El acusado de matar a la joven de 14 años en Oviedo se autolesionó con decenas de puñaladas en la cara, el cuello y el tórax antes de ser detenido

El varón, de 31 años, se atrincheró en el baño de su piso, al que había arrastrado el cuerpo de la víctima

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En imágenes: Conmoción en Oviedo por el asesinato de una niña de 14 años en Vallobín

La tragedia se posó ayer en el barrio de Vallobín. El corazón de Erika. Y. A., una adolescente de 14 años que vivía junto a sus dos hermanos mayores y sus padres en el cuarto piso del número 69 de la calle Vázquez de Mella, dejó de latir después de que supuestamente el vecino del 1ºE, un hombre de 31 años y origen moldavo, la abordara en las escaleras y la cosiera a puñaladas por causas que se desconocen. El varón, que ha sido detenido por un supuesto delito de homicidio, estaba siendo operado al cierre de esta edición en el HUCA por las heridas que se provocó a sí mismo asestándose decenas de puñaladas y cortes antes de entregarse a la Policía.

La menor salió de clase a mediodía y al llegar al portal tocó el timbre de su casa, como cada día. Su padre y su hermano estaban en el interior de la vivienda familiar y al ver que Erika tardaba en subir, su hermano decidió bajar por las escaleras para comprobar la causa de la demora. Al llegar al rellano del primero se encontró un rastro de sangre que conducía hasta la puerta del 1ºE. Su padre bajó a continuación y al ver que nadie abría la puerta de ese piso, decidieron contactar con la Policía Nacional.

Pasadas las tres de la tarde llegaron al portal dos patrullas. Ante la imposibilidad de acceder al 1ºE pidieron ayuda al vecino del piso de al lado. Los agentes accedieron desde un patio interior por la ventana a la vivienda donde, una vez dentro, se encontraron a la joven tendida en suelo, muy malherida y con señales de varias heridas de arma blanca. Los sanitarios trataron de reanimarla sin éxito al mismo tiempo que el varón se atrincheraba en el baño, negándose a salir.

El rastro de sangre hasta el piso. | Pablo Solares

Los agentes trataron de acceder al interior de la estancia. Tras resistirse de inicio, el detenido accedió a abrir la puerta. El hombre presentaba también varias heridas. Las investigaciones apuntan a que al verse acorralado decidió autolesionarse. “Lo sacaron con cortes por la cara y tapado con una sábana ensangrentada”, indicó el responsable de un negocio cercano al portal del trágico suceso. A partir de ese momento, la Policía Nacional cerró a cal y canto el bloque. “Lo sentimos, no se puede pasar”, le espetó un agente a una mujer que inmediatamente se derrumbó y rompió a llorar.

Los vecinos no daban crédito. Muchos ni siquiera llegaron a conocer al presunto homicida, que se había instalado en la vivienda tan solo tres semanas antes en régimen de alquiler. “Ya no sabemos ni a quien metemos en casa, algunos dicen que estaba de permiso de la cárcel”, declaró Raquel Fernández, vecina del tercero sobre los rumores que corrían ayer como la pólvora por la comunidad acerca del detenido.

Conmoción en Oviedo por el asesinato de una niña de 14 años en el barrio de Vallobín

Conmoción en Oviedo por el asesinato de una niña de 14 años en el barrio de Vallobín Amor Domínguez

Las investigaciones se centran ahora en indagar sobre el móvil del crimen. Desde el entorno de la menor descartan que mantuviera una relación previa con el detenido. “Dicen que no se conocían de nada”, apuntó un amigo de los padres de la víctima, a los que se vio asomados a la ventana para despedir entre gritos de dolor al cuerpo sin vida de su hija cuando era subido al furgón que le iba a trasladar al Instituto de Medicina Legal de La Corredoria para practicarle la autopsia.

Mientras los policías recogían pruebas, el principal sospechoso era tratado en el hospital de numerosas cuchilladas en manos, tórax, cuello e incluso en la cara que le hicieron perder abundante sangre y obligaron a los médicos a ingresarle en quirófano para afrontar una operación de varias horas.

Quienes se lo cruzaron estas últimas semanas en el portal sostienen que ni siquiera llegaron a intercambiar palabra. “Parecía un chico normal, pero se notaba que iba a lo suyo, que no quería tratos con nadie”, relata un vecino que trató de contactar con el propietario del inmueble para indagar sobre el presunto homicida, pero no encontró respuesta. “Debe estar bastante preocupado”, explicó este habitante del bloque.

"Era un ángel, no doy crédito, era de las niñas más bueninas", dice un amigo de la familia de la menor asesinada en Oviedo

"Era un ángel, no doy crédito, era de las niñas más bueninas", dice un amigo de la familia de la menor asesinada en Oviedo

"Era como un ángel, atenta y muy simpática", dicen desconsolados los amigos de la familia

"Era como un ángel, no doy crédito, era de las niñas más bueninas”, dice Gonzalo Valverde, un amigo de la familia de Erika Y. A. y compañero de la organización religiosa de los padres de la menor fallecida tras ser apuñalada en el número 69 de la calle Vázquez de Mella, donde decenas de amigos y familiares fueron agolpándose para arropar con rezos y sollozos a la familia que se refugiaba en el cuarto piso, mientas se levantaba el cadáver tres plantas más abajo. Otro vecino, ecuatoriano como los padres de la chica nacida en Asturias hace 14 años, trataba de contener la emoción para elevar a los altares a una familia “buenísima, de las que siempre hacen favores a los demás sin pedir nada a cambio”.

El hombre, que prefería no desvelar sus datos por respeto “a la intimidad” de sus amigos, se refería a la fallecida como “una pequeña preciosa, atenta y muy simpática” a la que ayer quiso rendir su particular tributo. “Allá donde estés espero que disfrutes lo que este malvado no te dejó disfrutar aquí”, cantó al aire a la vez que trataba de contactar con la familia por el telefonillo.

Igual de afectados o más se mostraban los amigos de los hermanos, apostados en las inmediaciones del inmueble con las manos entrelazadas. “Era su niña, la querían con locura y deben de estar destrozados”, explicaba un compañero ataviado con la ropa del trabajo con cuya moto no dudó en acercarse para prestar respaldo a distancia a sus amigos. “Esta injusticia no hay ninguna condena que la repare”, exclamó el joven con la voz rota.

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