Después de ocho horas tratando de controlar el fuego en el monte Naranco, Oviedo acaba de activar la fase de emergencia (situación 2), la máxima en lo que a siniestros se refiere y cuando hay temor a que los efectivos disponibles no sean suficientes. A esta hora son 65 los efectivos que se afanan en salvar casas y tratar de impedir el avance de los focos en el monte ovetense. Por la noche, desde la una y media de la madrugada, cuando saltó la alarma por los incendios, fueron cuarenta los bomberos y policía desplazados a puntos como Fitoria, donde fueron desalojadas viviendas a las cuatro de la mañana. Eduardo Llano, vecino del monte, con una vivienda muy próxima a la parrilla Buenos Aires, relataba cómo la policía había venido a avisarle a las dos de la mañana. Sacó a la familia de allí, a su mujer y a su hija, y ahora temía, con lágrimas en los ojos, que un nuevo cambio en la dirección del viento no acabara con su vivienda. "Tuve que meter a mi prima de cuatro meses en casa porque yo vivo un poco más abajo", explica la presidenta de la asociación de vecinos de Fitoria, Carmen Villa. El centro social abrió sus puertas para acoger a los que tuvieron que abandonar sus viviendas. "Cada uno ayudó con lo que pudo, algunos sacaron los tractores para ayudar a los bomberos. No pasamos miedo pero al principio nos sentimos muy solos", añade.