Los polesos se echaron a la calle para vivir el Carmín. "¡Sí, sí, sí, esto es el Carmín!", coreaban al unísono mientras recorrían el centro de la Pola, entonando también el "Asturias patria querida". Nadie faltó a la cita con las meriendas y la sidra en La Sobatiella porque todos estaban aguardando el día con ansias, marcado en rojo en el calendario. Un día después la estampa de la multitudinaria celebración son cientos de botellas vacías y restos de la 'folixa' esparcidos por toda la finca.