A su paso por Zaragoza, el Ebro baja con fuerza. Una crecida histórica similar a la del 2015 pero más agresiva. Podría superar los seis metros de altura y durar al menos dos días. Se espera que esta tarde la cresta de la riada alcance la capital aragonesa. Eso, traerá consecuencias. Por eso, Zaragoza se prepara para lo peor. Ya hay viviendas y barrios desalojados y han habilitado parkings alternativos para los coches afectados por el agua. El polideportivo de la ciudad está completamente inundado. También algunos parques próximos a la Ribera, donde han cortado su acceso. Y, conforme avance el día, podrían hacerlo en algunas carreteras. Toca extremar las precauciones y, sobre todo, alejarse lo máximo posible de un río embravecido.