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Nueva vida para los cabezudos tapiegos

"Algunos están muy deteriorados y deformados", dice el maestro Carlos García, que imparte estos días un taller para rehabilitar las figuras

Seis de los diez cabezudos del Ayuntamiento de Tapia que están en proceso de restauración, figuras variadas que van desde un torero a una calavera o un cerdo. TANIA CASCUDO

Pese a que solo salen a la calle en tres ocasiones del año (por las fiestas de San Blas, de San Pedro y de El Carmen), los cabezudos tapiegos pedían a gritos una restauración. "Algunos están muy deteriorados y deformados", precisa el maestro jubilado Carlos García, convertido en instructor del taller de restauración promovido por el Ayuntamiento de Tapia. Los participantes trabajan contrarreloj para que este sábado, con motivo de San Pedro, se puedan estrenar las primeras piezas sometidas a este lavado de cara.

En total Tapia cuenta con diez cabezudos, todos "personajes indefinibles", desde un pirata a una calavera o un cerdo. "Son personajes grotescos, muy pintarrajeados", indica Carlos García, que desconoce con exactitud la antigüedad de los cabezudos, aunque supone que tienen más de cuarenta años y que fueran adquiridos a algún taller valenciano, ya que "están hechos con cartón fallero".

A García ya le tocó participar hace treinta años en la última gran reparación de estas piezas, muy queridas por los vecinos. En aquella ocasión contaron con la ayuda de un profesor que entonces daba clase en el instituto de Tapia y que había trabajado unos años en talleres falleros. Explica Eduardo de Miguel, uno de los alumnos, que el trabajo requiere tener "paciencia" para hacerlo de la manera correcta. Él es uno de los alumnos aventajados que participan en el taller, ya que es un experto belenista y, de hecho, la pasada Navidad impartió en Tapia un taller para aprender a elaborar un nacimiento en casa.

Lo primero que hay que hacer, expone Carlos García, es sacar todas las partes deterioradas del cabezudo. "Todo lo descascarillado se arranca, sin pensarlo", precisa. Tras este proceso toca echar mano de viejos periódicos. Con trozos humedecidos se va recubriendo la parte dañada del cabezudo y, una vez está seco, se usa una pasta de las que se emplean para tapar las grietas de la pared y con ella se recubre la pieza. "Así se logra un acabado más curioso", añade.

La última parte del trabajo pasa por lijar la figura y, finalmente, volver a pintarla. Lo harán con pintura acrílica. "Antes le sacamos unas fotos para mantener la gama de colores original", añade el maestro, conocido por su talento para las manualidades. Los materiales empleados en este proceso de restauración son baratos, así que lo único importante es armarse de "paciencia" para que el trabajo quede al final lo mejor posible.

Los primeros seis cabezudos restaurados saldrán a la calle este sábado a partir de las seis de la tarde con motivo de la festividad de San Pedro, y los cuatro restantes harán lo propio durante la programación de las fiestas del Carmen. Los participantes están tan animados que quieren promover un nuevo taller durante el invierno de cara a elaborar nuevos cabezudos. "También estaría bien hacer algún gigante", añaden.

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