Gijón, A. RUBIERA

La Consejería de Educación tiene un mes de plazo para volver a convocar a la comisión de valoración que en el año 2004 dejó sin opciones al profesor Luis Fernández para acceder al puesto de director de la Universidad Laboral.

Por dictamen judicial, la comisión deberá valorar de nuevo el programa de dirección de los entonces aspirantes -Faustino García, que ejerció durante dos años el cargo, y del propio Fernández- y determinar si este último habría obtenido la mayor puntuación de no haber tenido la calificación de cuatro ceros que, de forma injustificada, como han determinado los tribunales, le pusieron los cuatro representantes de la Consejería en la comisión: Alejandro Montoto, María Luz Suárez, José Fernández y Pilar García.

Con esta pieza de ejecución dictada por el magistrado Juan Carlos García López, del Juzgado de lo contencioso-administrativo número 1 de Oviedo (y que es fruto de los sucesivos reveses que ha ido sufriendo con este caso el Principado), la Consejería de Educación ha visto cómo quedaba sin efecto su intento de resolver la demanda de Luis Fernández de forma poco ruidosa.

La demanda llegó hasta el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, donde se ratificó la nulidad de la elección de director en 2004, por lo «irrazonable» de un proceso que se plasmó gráficamente en los cuatro ceros otorgados en un apartado donde, entre otras cuestiones, debía valorarse el conocimiento del centro de un docente que lleva 27 años en la Laboral. Esa puntuación le dejaba, a todos los efectos, fuera de las opciones al cargo.

Tras decretarse esa nulidad del proceso, la Consejería -representada por el letrado Raúl Bocanegra- intentó hacer valer la imposibilidad de dar marcha atrás ya que en estos dos años el IES Universidad Laboral se ha transformado en dos centros educativos diferentes. El juez, ahora, sostiene que «el hecho de que, pro futuro, no pueda ya el recurrente (u otro de los participantes en el proceso) ser nombrado para el referido puesto no significa que la ejecución de la sentencia quede por completo vacía de contenido pues queda por resolver la cuestión de si el recurrente debió ser nombrado Director». Una cuestión que, recuerda el juez, tiene consecuencias económicas (por la retribución que le hubiera correspondido si finalmente él hubiera debido ser director) y a efectos de la carrera profesional.

«Es la mejor resolución que habríamos querido tener. Porque, además, el juez recuerda que en la primera sentencia se especificaba cómo se debe valorar el programa de dirección, punto por punto y no de forma global y sin argumentación ninguna. Veremos cómo justifican los cuatro ceros que me dieron», indicó ayer Luis Fernández. El docente asegura que, si finalmente se determina que él hubiera debido ser director, «pediré que el Consejero sancione a los implicados, y me reservo el derecho de perseguir su acción por la vía penal».