Oviedo, María ALONSO

Desde hace seis años, y tras la enfermedad de las «vacas locas» la Unión Europea obliga a la retirada de los cadáveres de animales del monte. Ahora, la falta de carroña en los bosques asturianos está provocando que los osos ocupen nuevos territorios y también que los daños y los expedientes a colmenas, árboles y truébanos se disparen. Según un estudio del Fondo para la protección de los animales salvajes (Fapas), desde el 2001, año en el que se eliminaron las carroñas de los montes, hasta la actualidad el promedio de colmenas y árboles dañados se ha incrementado casi el 125 por ciento. Además, la relación de expedientes por año entre 2002 y 2006 es de 141, mientras que entre 1997 y 2001 fue de 46, un 300 por ciento más.

Más daños y más repartidos. Según el informe, hasta 2001 los ataques producidos por osos se daban solamente en seis concejos del Occidente, mientras que en los últimos seis años aparecen daños en once concejos. El oso avanza hacia el centro de la región. Los osos no encuentran comida y, debido a la falta de carroña, se mueven hacia el centro.

De seis a once municipios

Según los datos del informe, los osos produjeron el año pasado daños en municipios hasta ahora inexplorados para ellos, como Grado, y se multiplicaron en concejos como Proaza, que pasó de recibir 515 euros por daños de oso en 2001, a casi tres mil euros. En total, en los once concejos afectados se pagaron el año pasado 44.753 euros.

«El estudio corrobora el avance del oso, que provoca daños a colmenares, principalmente en su búsqueda de comida, debido a la ausencia de carroña.El consumo de carroña es muy importante para el oso después de la hibernación, en marzo y abril y a lo largo del otoño, de septiembre a noviembre, como mecanismo de engorde prehibernal», señala el informe. El Fapas destaca la importancia de recuperar la carroña en los montes para el futuro de la especie, en peligro de extinción. Por ello presentará ante la UE el estudio sobre los efectos de la retirada obligatoria de cadáveres en la población del oso pardo. En el informe se pide que se favorezca la presencia de carroñas domésticas en los montes, pues es «un factor condicionante de la reproducción y de la supervivencia de las crías». Además, considera necesario declarar zona libre de asumir la regulación sobre retirada de cadáveres a todos aquellos lugares de montaña que componen el hábitat del oso pardo, ya que considera la carroña como una pieza fundamental para la supervivencia de los plantígrados. Con la finalidad de controlar esta medida, se pide la creación de un sistema de inspección para que las reses muertas que se abandonen en las zonas declaradas de excepción «correspondan a animales procedentes de explotaciones de la zona».