Los trabajos para la reforma del Estatuto de Autonomía del Principado comenzaron hoy con la voluntad expresa de todos los grupos parlamentarios de conseguir el máximo consenso político, pero también con el recelo expresado por IU de que pueda alcanzarse al considerar que PP y PSOE harán planteamientos "a la baja".

La ponencia encargada de redactar la reforma estatutaria quedó constituida hoy en el Parlamento regional con tres representantes de cada grupo: Javier Fernández, Fernando Lastra y Elena Díaz, por el PSOE; Ovidio Sánchez, Joaquín Aréstegui y Reinerio Álvarez, por el PP; y Jesús Iglesias, Noemí Martín y Javier García Valledor, por IU.

Los nueve diputados se reunieron durante cerca de media hora en la sede del Parlamento asturiano para acordar la metodología que seguirán para abordar esta reforma para cuya culminación, según subrayaron los tres grupos políticos, no se van a poner plazos.

Tanto PSOE como PP coincidieron en señalar que la reforma debe moverse entre "lo constitucionalmente posible y lo políticamente oportuno" para convertir al Estatuto en una herramienta que permita acercar la política a los ciudadanos, y no sólo como una cuestión de carácter identitario o simbólico.

IU, sin embargo, advirtió de que el nuevo estatuto debe reconocer la "historia e identidad de Asturias" y que difícilmente podrá respaldar una reforma que no contemple la oficialidad del asturiano.

Para el portavoz socialista, Javier Fernández, la ponencia constituida hoy debe verse como un espacio privilegiado para el acuerdo, y no para la confrontación, por lo que trasladó la voluntad de su grupo de trabajar "con concesiones y de abordar la negociación con "con altura de miras y flexibilidad".

Evitó pronunciarse directamente sobre la oficialidad del bable y afirmó que, las mayores fricciones se verán "a lo largo de los trabajos", pero que "todo el mundo es consciente de dónde está".

Advirtió de que, frente a quienes ponen más interés en cuestiones de carácter identitario o simbólico, ellos ven la reforma como una herramienta para "acercar la política a los ciudadanos, para el desarrollo económico, la cohesión social y equilibrio territorial".

En su opinión, ningún elemento simbólico o identitario va a suponer un privilegio de tipo competencial o financiero y que, por lo tanto, intentarán situar la reforma en el margen "entre lo constitucionalmente posible y lo políticamente conveniente".

Tras destacar que el PP nunca consideró urgente este proceso, su portavoz parlamentario, Ovidio Sánchez, afirmó que su grupo intentará que sea una reforma "muy participativa, en la que esté presente toda la sociedad asturiana" y que posteriormente sea sometida a referéndum.

Al igual que Fernández, el líder regional del PP afirmó que la reforma debe moverse dentro de la Constitución y que no puede plantearse para tratar de cambiar la Carta Magna, algo que, en su opinión, sí se ha hecho en otras comunidades autónomas y ha generado "una gran tensión".

Para Sánchez, lo importante es "dibujar" a Asturias dentro de todas las comunidades, en una relación multilateral que garantice la "igualdad y solidaridad".

"El marco está absolutamente definido y hay mimbres suficientes para llegar a un gran acuerdo político", subrayó Sánchez, para quien ésta debe ser la reforma "cuasidefinitiva".

Agregó que, en el proceso de negociación parlamentario, tampoco tiene por qué haber ningún punto de fricción, "aunque habrá diferencias", y, ante cuestiones como la oficialidad del asturiano, dijo que confía en la ponencia, en la buena fe sus miembros y en la voluntad de acuerdo.

Desde IU, Jesús Iglesias señaló que Asturias se incorpora "tarde" a un proceso que ha permitido a otras comunidades autónomas "liderar la redifinición del modelo de Estado" y mostró su deseo de que, al menos, se haga con suficiente energía y voluntad como para conseguir el estatuto que necesita Asturias.

Iglesias abogó por que el Estatuto reconozca la historia y la identidad de Asturias y nuevos derechos ciudadanos, que permita disolver el Parlamento regional, que dé más capacidad a sus instituciones para crear empleo o acceder o a la vivienda, que regule la participación de la comunidad en órganos estatales y de la UE y que reconozca el bable como "llingua de los asturianos".

"Nuestra intuición nos dice que los elementos de diferenciación con el PP e IU van a ser muchos y muy importantes y uno de ellos va a ser el asturiano", afirmó Iglesias, que advirtió además que desde la coalición ven "muy difícil" que puedan respaldar un Estatuto que no reconozca la oficialidad del asturiano.

No obstante, incidió en que IU acude con la voluntad de negociar y de estar en el centro del debate político, pese a que ven que PP y PSOE están mucho más cerca de sus posiciones entre sí de lo que lo están respecto a la coalición. EFE