Oviedo, María ALONSO

La población de cormoranes en Asturias se ha multiplicado por 34 en los últimos 27 años. Así lo aseguró ayer José Antonio Suárez García, profesor de topografía en la Universidad de Oviedo, vicepresidente de la asociaciones de pescadores Las Mestas del Narcea y miembro de una entidad internacional que estudia estos animales, la WICRG (Wetlands Internacional Cormorant Reseach Group).

Según los datos facilitados por Suárez García, en la región se ha vivido en los últimos años un incremento anual de la población del 18 por ciento. «Los censos elaborados por ornitólogos y otros observadores en combinación con la guardería adscrita al servicio de caza y pesca fluvial del Principado estiman una población aparente que, partiendo de unos 43 individuos en 1978, llegó a los 1.905 ejemplares en 2003, para descender, tras la implantación de medidas de descaste, a unos 1.500 ejemplares en 2006», señala el especialista. Además, añade, los recuentos adolecen incluso de significativos «errores a la baja, ya que en la cuenca del Narcea se le imputan 19 ejemplares en el censo de enero de 2007, cuando el número probable de individuos existente es de 120». No obstante, y teniendo en cuenta los censos oficiales, la actual población de cormorán es una de las más bajas de los últimos seis años.

Detrás de los números y los censos está la decisión del Principado de eliminar unos 200 ejemplares en las cuencas fluviales asturianas, una decisión que, a su juicio, es «congruente, idéntica y solidaria con la que llevan a cabo nuestros países vecinos, y encuentra plena legitimación en la defensa de los tres millones de salmónidos autóctonos que se han integrado en el medio natural entre los meses de mayo y septiembre de este año». Pescadores y asociaciones conservacionistas no terminan de ponerse de acuerdo. Mientras los primeros abogan por el control de la población mediante la eliminación de un número elevado de ejemplares, los ecologistas denuncian lo impropio de la medida.

Para amparar esta decisión los pescadores echan la vista a Europa. «En Dinamarca se matan anualmente unos 3.500 cormoranes, parte de ellos en zonas ribereñas con objeto de salvaguardar la migración de esguines de salmó, en Alemania unos ocho mil, en Suecia se elimina el diez por ciento de la población y en Suiza se matan actualmente unos mil doscientos cormoranes al año. En general, en Europa se vienen matando oficial y anualmente unos 56.500 cormoranes al año», señala José Antonio Suárez.

El cormorán estaba catalogado hasta el año 2004 como especie de interés especial, pero posteriormente perdió este rango debido al aumento de la población.