Oviedo,

L. Á. V.

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El día más importante en la vida de un niño puede terminar costando un ojo de la cara o desestabilizando la economía familiar. Lo advierte la Unión de Consumidores de Asturias-UCE, que ha calculado en 3.600 euros el coste medio de estas celebraciones que tienen lugar cada mes de mayo. La entidad aconseja no dejarse llevar por el «consumismo» y mirar muy mucho los gastos.

Los padres tienen que empezar a rascarse el bolsillo con el traje. El clásico de organza para las niñas tiene un coste medio de 286 euros, aunque hay opciones bastante más costosas, para quienes prefieren celebrar este rito de paso por todo lo alto. Ahí están, por ejemplo, los trajes de seda.

Para los niños no hay muchas opciones. Los trajes de marinero tienen un coste medio de 149 euros, y los de grado superior, los de almirante, son algo más caros, 185 euros. Hay padres que optan por un traje o vestido de calle, para que el menor pueda utilizarlo más tarde. Suelen ser más baratos, pero no mucho: 145 euros.

Si sólo fuese el traje, el asunto de la primera comunión no resultaría muy oneroso. Pero hay que añadir otros gastos en el capítulo de accesorios, como los calcetines, los guantes, la muda, la biblia, el rosario... Todo ello alcanza un gasto medio de 264 euros. Los accesorios no se quedan ahí. Las niñas necesitan bolso y adornos del pelo, unos 55 euros. Los niños, la camisa, la corbata, el cordón, los tirantes o el cinturón, que suponen otros 75 euros.

Suma y sigue. Toda comunión que se precie debe quedar para la posteridad, y ahí entran en juego los fotógrafos, que cobran cada foto a unos cuatro euros de media. Cada vez más familias encargan la elaboración de un vídeo. Los de media hora suelen moverse en torno a los 240 euros. Al vídeo hay que sumar los recordatorios (72 euros), el reportaje de estudio (unos 40 euros de media) y el reportaje durante la ceremonia, que puede elevarse a cien euros. En total, unos 450 euros. La Unión de Consumidores advierte de la necesidad de establecer claramente los términos del encargo para evitar reclamaciones posteriores.

El mayor desembolso en las primeras comuniones suele venir del lado de los banquetes. La Unión de Consumidores recomienda realizar una merienda o comida familiar en casa. «La celebración de una comunión no debe convertirse en una boda», sostiene la entidad. Pero poco se puede hacer contra las modas y cada vez es más habitual celebrar un banquete en un restaurante, siempre que la economía familiar lo permite.

Una comida para cincuenta invitados puede salir por unos 1.750 euros, 3.500 en caso de que se invite a cien personas, una cifra que no es tan rara como podría parecer.

Para evitar que la primera comunión desestabilice la economía familiar, Consumidores aconseja, en primer lugar, elaborar un presupuesto acorde a las posibilidades y evitar los excesos y endeudamientos innecesarios. No estaría de más añadir un margen para gastos imprevistos. UCE considera que deben resistirse los reclamos publicitarios y valorar la relación calidad-precio de todos los productos y servicios. También aconseja comparar precios en distintos establecimientos y comprar cada artículo en la tienda más económica. En cuanto al banquete, se debe reservar con mucha antelación, para que haya margen para posibles cambios.