El diario líder de Asturias titulaba anteayer así una información: «"Paca", "Tola" y "Furaco" ya se huelen». Se trata del cortejo del año, o quizá del siglo, entre el oso cántabro y las dos osas asturianas en cautividad, separados de momento por una valla. El asunto plantea graves incógnitas: a) ¿Serán encuentros sucesivos de «Furaco», primero con «Paca» y luego con «Tola», o un «menage a trois»? Esto afectará, se quiera o no, al modelo de familia. b) ¿Hasta qué momento del merodeo sexual se permitirá la presencia de cámaras? ¿Se respetará la intimidad de los plantígrados? Todo un precedente para el código de derechos del animal. c) ¿Se difundirán las imágenes sin limitación alguna o habrá al menos un pudoroso corte en el momento álgido? Esto marcará los límites de la decencia pública. Bien mirado el futuro de la moral se decide en Proaza, Asturias. ¿Guardará Roma silencio?