Arturo ROMÁN

l La tarea de Vicente Gotor, flamante nuevo rector de la Universidad de Oviedo, es ingente. A las pruebas me remito. Acaba de aparecer una publicación -de la que responde el equipo rectoral saliente, ojo- sobre el cuarto centenario de la fundación del alma máter asturiana que riza el rizo del despropósito y enciende todas las alarmas. Como se sabe, la Universidad de Oviedo celebró los actos centrales de su 400.º aniversario el pasado otoño cuando acababa de cumplir 399 años, demostrando lo mal que andan de matemáticas sus responsables. Los anteriores, claro. Pero, encima, acaba de aparecer un libro editado por la institución académica sobre sus personajes más destacados a lo largo de su historia que se titula, literalmente, «En la Univesidad de Oviedo». Lo pone en la portada y en el lomo del libro, dos erratas por el precio de una que indican que en la veterana institución no saben ni sumar ni escribir. Lo dicho: Gotor tiene por delante una tarea inmensa, nada menos que alfabetizar la institución que se supone morada de los más altos saberes.

l La reforma del modelo de financiación autonómica va camino de convertirse no ya en el sudoku que pronosticó el vicepresidente Pedro Solbes, sino en un jeroglífico en el que los conceptos cambian a gusto del interlocutor de turno. Sabido es que Cataluña y el presidente de la Generalitat, José Montilla, defienden un cambio en el que se imponga su pretensión de una relación bilateral con el Estado en materia de financiación. Un modelo del que han discrepado comunidades gobernadas también por los socialistas, como Asturias, Galicia y Extremadura, porque, de manera muy resumida, tributa lo mismo un currante catalán, que un gallego o un asturiano. El PSOE, inmerso en la cuadratura del círculo, busca un modelo que satisfaga a unos y otros. Está en plena búsqueda. como el Indiana Jones de «la calavera de cristal». Y en esa coyuntura regresó el diputado Jordi Sevilla, ex ministro y hermano de José Victor Sevilla, ex secretario de Estado de Hacienda y uno de los asesores del PSOE en materia de financiación, que el domingo, en un periódico nacional, hablaba de «dar el salto conceptual a un modelo de financiación de geometría variable, con un régimen común multilateral que posibilite acuerdos bilaterales específicos». Suena, y mucho, a lo que reclama Cataluña. Sevilla concluye: «Debemos buscar el primer modelo de nueva generación en lugar del siguiente de la anterior».