Oviedo, Marcos PALICIO

La teoría del Gobierno del Principado sobre la insostenibilidad del sistema asturiano de salud encontró ayer un refuerzo en la Federación Asturiana de Empresarios (FADE). Con la diferencia, eso sí, de que la patronal asturiana lleva «cinco o seis años» advirtiendo de la inminencia del problema, según aseguró ayer su presidente, Severino García Vigón. El líder empresarial utilizó la palabra «irracional» para retratar la estructura sanitaria actual de la región, que a su juicio «es imposible de mantener así» y que incluso «corre el peligro de seguir empeorando», toda vez que los indicadores apuntan a que «los ingresos de 2010 van a caer bastante más que en 2009».

El máximo responsable de la patronal asturiana se refiere específicamente a la estructura de la red hospitalaria asturiana y a su falta de compatibilidad con el contexto actual de las comunicaciones en Asturias. En la línea de lo que ayer apuntaba en LA NUEVA ESPAÑA el ex consejero de Sanidad y ex presidente del Principado Juan Luis Rodríguez-Vigil, el presidente de FADE asegura que la reducción de los tiempos de desplazamiento resta sentido a un modelo configurado para la Asturias de 1984 y para una sociedad muy distinta de la actual. «Queremos un hospital al lado de cada casa», lamentaba ayer Severino García Vigón, «y eso no es racional. Nos parece que no es razonable que en una comunidad con poco más de un millón de habitantes haya trece hospitales públicos y además en convivencia con uno que se llama Hospital Central. No se puede entender. ¿Con qué se paga?», se pregunta.

El presidente de FADE cuestiona, pues, abiertamente ese número de hospitales comarcales y apunta que su organización ya lo dijo «cuando se iniciaban las obras del nuevo, que si se hace uno debería servir para racionalizar la sanidad». El Gobierno del Principado también ha adelantado su pretensión de que la apertura del nuevo centro hospitalario sirva para reorganizar un sistema cuyas cifras de gasto se han disparado, pero no ha ido tan lejos como para plantearse prescindir de alguno de los hospitales comarcales. Sí ha anunciado una redistribución del presupuesto para dotar de 101 millones de euros adicionales a la financiación del sistema sanitario y, con respecto a los hospitales comarcales, se opone a cerrarlos, pero no a especializarlos.

Con respecto a la posibilidad de acudir al copago o a fórmulas similares para que los ciudadanos sufraguen parte del servicio, García Vigón lo admitiría «más como efecto disuasorio que por lo que pudiera contribuir a solucionar económicamente el problema». Para el presidente de FADE, «lo que no cuesta nada no se valora y es cierto que en algunos casos existe despilfarro».

Severino García Vigón no admite dudas sobre el desbordamiento del gasto sanitario en la región al analizar un problema especialmente visible ahora que es generalizada la merma en el volumen de ingresos. «En épocas de bonanza», apunta, «es muy fácil optar por la asunción de más y más gastos, por eso en todas las asambleas de FADE venimos haciendo llamamientos a tener cuidado con el incremento de los costes de la sanidad». De hecho, asegura, «en los acuerdos de concertación hay un apéndice relacionado con este asunto que el Gobierno firmó con los sindicatos y al que FADE no se sumó, porque nos parecía que era corto, que no se abordaba el tema con profundidad». Y también «cuando se formularon los últimos presupuestos del Principado», remata, «ya veíamos que eran demasiado optimistas, porque éramos conscientes de la caída de la actividad económica y el empleo».

La patronal invita además a sacar «del debate político» servicios esenciales como éste o la educación, pero da la bienvenida a quienes se han sumado a sus llamadas de atención, aunque sea ahora que «el lobo está encima fruto de la restricción de ingresos». García Vigón expresa su deseo, eso sí, de que la controversia que el Gobierno regional declaró inaugurada la semana pasada quede al margen de «las luchas partidistas. Es éste un tema demasiado serio para que se trate de instrumentalizar políticamente. Podemos cargarnos la sanidad, un sistema al que nadie está dispuesto a renunciar», concluye el presidente de la patronal.